RIO RANCHO, Nuevo México, — Según la AP, para Faridd Sierra era simplemente otra pelea más de sábado en la noche, hasta que recibió una llamada telefónica de su hermano para que fuera a ver el combate a su casa. Al igual que ellos, un estadounidense de ascendencia hondureña intentaba unificar los títulos mundiales de peso ligero.

Hasta ese momento, Sierra, de 39 años y originario de Dallas, nunca había escuchado de Teófimo López, el boxeador oriundo de Brooklyn.

Pero para el 12do asalto del combate contra el ucraniano Vasyl Lomachenko, Sierra y su hermano estaban de pie y alentando al púgil de 23 años para que reescribiera la historia. Y lo hizo.

En todo Estados Unidos y Centroamérica, hondureños y estadounidenses de ascendencia hondureña recurrieron a las redes sociales para expresar su orgullo y emoción por el improbable triunfo de López sobre el mejor púgil técnico del planeta.

El hijo de inmigrantes hondureños entró al cuadrilátero al ritmo de una canción de hip hop de Biggie Smalls y con mucha actitud. Salió del encordado con varios cinturones de campeonato. López (16-0) se apoderó de los tres títulos de Lomachenko (15-2) para sumarlos al que había ganado el año pasado y convertirse en el campeón indiscutible de las 135 libras, luego de una decisión unánime.