Roberto A. Nodal
La política latinoamericana a veces nos recuerda los capitulos de una telenovela, con cada capitulo subiendo en el tono de suspenso. Ejemplo de ello lo parece ser el actual estado de las relaciones entre los dos paises suramericanos señalados arriba, en base de la decisión unilateral de la embajada brasileña en Bolivia de facilitar la salida del senador boliviano Roger Pinto Molina –acerrimo enemigo del Presidente Evo Morales- hacia territorio del populoso país vecino sin el debido salvoconducto de las autoridades brasileiras; resultando en el fulminante despido del canciller de ese país Antonio Patriota por parte de la presidenta Dilma Rouseff.
La presente crisis diplomatica en sí tiene que ver mucho con la política interna de Bolivia, y de las enormes diviones entre los partidarios y enemigos del Presidente Morales, según la región del país y de las clases sociales provenientes. Bolivia ha pedido ya “explicaciones” al gobierno del Brasil por lo que ha calificado como una “inaceptable intromisión” en sus asuntos internos, y no ha vacilado en mencionar las “graves consecuencias” que esta accion pudiera conllevar, señalando que el senador Pinto –el cual había pasado quince meses asilado en la embajada brasileña en La Paz- había sido encauzado ya previamente por actos de corrupción y por los cuales aún quedan procesos pendienes, y a la vez de exigir su inmediata devolución.
Inclusive algunos comentaristas ya han llegado a comparar el caso de Pinto con el de Julian Asange, y la consecuente crisis diplomática creada por este entre Estados Unidos y la Federación Rusa, y hasta se están refiriendo ya a Pinto como “el Asange boliviano.” Obviamente este incidente resulta particularmente embarzoso para Rouseff, la cual ha tratado de seguir –aunque en forma menos intensa y mas discreta y reservada- la linea de política exterior de su predecesor Lula de Silva, en cuanto a la proyección internacional de Brasil pero a la vez de ampliar la relación con los paises de la zona, particularmente con los de UNASUR y los del ALBA (Alternativa Bolivariana para las Americas) organización creada por el difunto presidente Chávez, y de la cual Bolivia ha sido, al igual que Venezuela, Nicaragua, Cuba y Ecuador, uno de los integrantes mas prominentes. Inclusive existen numerosos acuerdos de cooperación y desarrollo Bolivia- Brasil y este ultimo ha brindado continuamente su asistencia en numerosos proyectos de infra-estructura en Boliva así como con generosos creditos para un mayor intercambio comercial, y hasta ha brindado su apoyo político y moral en el histórico reclamo de Bolivia ante Chile por una salida al mar.
De momento el Ministerio de Asuntos Exteriores y el gobierno brasileño han prometido abrir una completa y exhaustiva investigación y se habla igualmente de sustituciones en la embajada brasileña en La Paz. Igualmente también ha quedado algo en limbo el “status” en Brasil del senador Pinto. En el momento de hacer estas lineas hasta se habla de planes de una reunión urgente, al mas alto nivel, de autoridades de ambos paises, a manera de tratar de encontrar una solución negociada a la crisis.
Lo cierto es que la situación del senador Pinto ha puesto en un nivel de tensión previamente no visto las hasta ahora fraternas relaciones Bolivia -Brasil.