Estudio advierte que el riesgo de que los infantes fallezcan por problemas relacionados con el sueño persiste.
Miami. Unos 3,500 bebés mueren al año en los Estados Unidos a causa de problemas relacionados con el sueño que pueden ser prevenidos, siguiendo unas recomendaciones básicas, informaron hoy los Centros para la Prevención y Control de Enfermedades (CDC).
La directora de los CDC, Brenda Fitzgerald, obstetra y ginecóloga, advirtió hoy que todavía y “desafortunadamente” son muchas las muertes de bebés por causas como el Síndrome de Muerte Infantil Súbita (SIDS en inglés), ahogo accidental y otras relacionadas con el sueño.
El riesgo persiste, según un nuevo informe de la serie Signos Vitales de los CDC en el que se destaca que en la década de los años 90 hubo “agudos” descensos en las muertes de bebés mientras dormían a consecuencia de una campaña nacional con ese fin, pero después el ritmo de disminución se ralentizó.
Fitzgerald reiteró la importancia de las recomendaciones de la Academia Americana de Pediatría para que los bebés duerman de manera segura: boca arriba, sin juguetes, en una superficie sin mantas, almohadas y otros objetos suaves sueltos y en su propia cuna.
“Estas estrategias ayudarán a reducir el riesgo y a proteger a los bebés del daño”, indicó la directora de los CDC.
Según el informe Signos Vitales, el 22% de las madres no coloca al bebé boca arriba para dormir y el 39% deja elementos como almohadas y mantas en el lugar donde el niño duerme.
El dato más llamativo es que el 61% comparte cama con el bebé, cuando lo recomendable es que se comparta habitación pero que el niño tenga su propio lugar para dormir.
El 84% de las madres pertenecientes a pueblos nativos o los de Alaska (84%) comparte cama con su bebé.
Les siguen los estadounidenses de origen asiático o de islas del Pacífico (77%), los afroamericanos (77%), los hispanos (67%) y los blancos (53%).
En el caso de la recomendación de hacer dormir al bebé con la espalda apoyada sobre la cama, son los afroamericanos los que menos la siguen (38%), seguidos de los hispanos (27%).
El estudio analiza por separado cómo siguen las recomendaciones distintos grupos de edad y revela que las madres más jóvenes (de 19 años o menos) son las que actúan de una manera más incorrecta.
El 30% de esas madres no pone al bebé boca arriba para dormir, el 77% comparte cama con su hijo y el 49% no aleja del lugar del bebé los materiales blandos y suaves.