052516FRONTPAGEMIDDLECiudad de México.- Los menores de edad que escapan de la violencia y la pobreza en América Central e intentan emigrar no acompañados a Estados Unidos se encuentran en México en una situación compleja.

Pese a que en muchos casos corren riesgo de vida en caso de volver a sus países de origen, menos del 1% de los detenidos por la autoridad migratoria mexicana son reconocidos como refugiados o reciben algún tipo de protección formal en el país.

El gobierno mexicano asegura que son pocos quienes solicitan la condición de refugiado porque su interés es llegar a EE.UU. y no quedarse en México.

Pero, en la práctica, eso significa que decenas de miles de menores de edad cada año se ven expuestos a la realidad de tener que volver al lugar de donde, en muchos casos, huyeron por temor a morir.

De casi 19.000 niños migrantes no acompañados interceptados en su territorio en 2015, México sólo proporcionó protección internacional a 52.

Esa falta de protección es el elemento central de un informe reciente de la organización de derechos humanos Human Rights Watch (HRW) que cuestiona el accionar de las autoridades.

Pero el gobierno mexicano desestima las acusaciones.

En entrevista con BBC Mundo, el comisionado del Instituto Nacional de Migración (INM), Ardelio Vargas Fosado, asegura que México cumple con la ley y protege a los menores migrantes.

“No hay un interés en la protección”

En su informe de 165 páginas “Puertas cerradas: el fracaso de México a la hora de proteger a niños refugiados y migrantes de América Central”, HRW “documenta grandes contradicciones entre la legislación mexicana y su puesta en práctica”.

“No hay un interés en la protección correspondiente, aunque sabemos que muchos de estos niños, hasta la mitad, puedan tener buenos casos para ser refugiados”, le dice a BBC Mundo Michael Bochenek García, asesor jurídico principal de la División de Derechos del Niño de HRW.

La ONG entrevistó en México a 61 niños y más de 100 adultos provenientes de El Salvador, Guatemala y Honduras, de donde proviene el 92% de los migrantes detenidos por el INM.

HRW también habló con funcionarios del gobierno mexicano y representantes del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).

Pero tras diez intentos no pudo reunirse con altos funcionarios de la Dirección General de Control y Verificación del INM, que tiene como tareas el control migratorio, incluyendo la aprehensión y detención de migrantes.

“Fue para nosotros una decepción y para el fin de una mejor protección de los derechos humanos, una situación bastante lamentable”, señala Bochenek García sobre la imposibilidad de reunirse con el INM.

La organización también revisó archivos de casos y datos recopilados por las agencias de inmigración y protección de refugiados de México.

El resultado es contundente.

“Hay una actitud de impedir y disuadir que niños y adolescentes apliquen (a algún tipo de protección) en vez de una afirmación de sus derechos”, afirma Bochenek.

Pero el comisionado Vargas Fosado asegura que en México al migrante no se lo trata como un “delincuente” y que en realidad lo que está haciendo el gobierno es proteger a estos menores.

“Nosotros les damos todas las facilidades. Es más, cuando hay un grupo de migrantes ante la autoridad migratoria tú le explicas sus derechos”, le dice el comisionado del INM a BBC Mundo.

El funcionario cuenta que cuando un migrante llega a una estación migratoria se le da una hoja donde se hace un inventario de sus pertenencias que en el reverso detalla sus derechos, entre ellas la posibilidad de pedir refugio, e incluso narra lo que le suelen decir.

“Entro con ellos y les digo, ‘Mira, ya te explicaron que el refugio así, así y así’, y me dicen: ‘Oye, ¿el refugio me sirve para llegar a Estados Unidos?’. ‘No, maestro, el refugio es porque vienes perseguido de tu país y México, bajo el paraguas del gobierno federal, te podemos dar la condición de refugio, te puedes quedar en México’. ‘Si no me sirve para entrar a Estados Unidos, no me interesa. Regrésame y nos vemos dentro de ocho días’. Eso me lo dicen de muchas maneras”.

“La gran cantidad de gente que transita irregularmente por México que calculamos son más de 400.000, el propósito no es quedarse en México entonces te puedes explicar por qué la situación de refugio no”, agrega.

El drama centroamericano

Esto se da en un escenario regional abrumador.

Los tres países centroamericanos más afectados por la violencia y la pobreza, El Salvador, Guatemala y Honduras, no dejan de vivir una sangría de gente. Y los números asustan.

La autoridad migratoria mexicana detuvo a 127.000 migrantes en 2014 y a más de 200.000 el año pasado, la inmensa mayoría provenientes de estos tres países.

El número de menores indocumentados también ha ido en aumento.

El año pasado aprehendieron a 37.000, casi un 55% más que en 2014 y un 270% más que en 2013.

De ellos, la mitad viaja no acompañado y un 38% es menor de 11 años.

Muchos de ellos, de acuerdo a testimonios recogidos por HRW, dijeron que fueron presionados para sumarse a las pandillas y otros relataron cómo fueron extorsionados o secuestrados a cambio de un rescate.

La oficina para refugiados de Naciones Unidas estima que la mitad de los que emigran lo hacen por un temor fundado sobre su vida y su seguridad y podrían estar en condiciones de recibir protección en México.

“No todos los que podrían necesitar la protección si quiera está presentando su solicitud”, le dice a BBC Mundo Mariana Echandi, portavoz de Acnur en México.

Ya no se puede ver al centroamericano como un “migrante de tránsito que solamente está buscando mejorar su situación económica y que no pasa nada si regresa a su país”, resalta.

Al verse obligados a huir de pandillas y del crimen organizado, se trata de una migración forzada y “por estar huyendo de estas situaciones son refugiados”, añade.

El año pasado no sólo se incrementaron las solicitudes de refugio de hondureños, salvadoreños y guatemaltecos en México (77%), sino también en Belice (767%), Costa Rica (137%) y Estados Unidos (92%).

“Las razones que están generando la salida de estas personas no son las mismas que la de hace años y la protección que requieren no es la misma que la de otra población en tránsito”, explica Echandi.

Sin embargo, aunque los números reales de las solicitudes se han incrementado, son bajos con respecto a la cantidad que organismos y organizaciones internacionales consideran podrían recibir algún tipo de protección del Estado mexicano.

Fueron 3.423 las solicitudes de refugio presentadas en México en 2015, de las cuales 2.392 fueron concluidas.