Screen Shot 2013-09-14 at 1.11.18 PMDistrito Federal— Luego de siete años de litigio, el Instituto Federal Electoral (IFE) procedió ayer a la destrucción de las boletas de la polémica elección presidencial de 2006, que ganó el panista Felipe Calderón frente al izquierdista Andrés Manuel López Obrador con una diferencia de apenas 0.58% de los votos.
De acuerdo con el secretario ejecutivo del IFE, Edmundo Jacobo Molina, la destrucción costará alrededor de 4 millones de pesos y durará poco más de un mes.
Gerardo Martínez director de Estadística y Geografía Electoral del Instituto dio a conocer que la empresa que se hará cargo de la destrucción es Triturados Biopapel, firma que pagará 3.5 millones de pesos al IFE por el material, que será triturado y reciclado para no causar daño ecológico.
En la bodega instalada en la Autopista México-Querétaro, en Tepotzotlán, Estado de México, Matías Chiquito Díaz de León, vocal ejecutivo de la Junta Local Ejecutiva del IFE en el Estado de México hizo la entrega formal al secretario ejecutivo del Instituto, Edmundo Jacobo Molina, en ceremonia a la que no acudió ningún consejero electoral.
“Según ellos hay un agravio en 2006, a lo largo de los años les hemos demostrado que pueden confiar en la autoridad electoral”, dijo sobre la ausencia en el acto, principalmente de los representantes del PRD, PT y Movimiento Ciudadano.
Según Jacobo Molina en 7 años el resguardo del material costó más de mil 137 millones de pesos, entre lo erogado por el IFE para tareas de almacenamiento, resguardo y traslado, como lo destinado por la Secretaría de la Defensa Nacional para la custodia de los paquetes electorales.
A ello se suman los gastos derivados del litigio internacional, en el que se acusó al Estado mexicano de presunta violación de garantías por no permitir el acceso a las boletas como parte del derecho a la información, asuntos ya desestimados por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
Las boletas y materiales electorales utilizadas en el proceso de 2006, en total mil 957 toneladas, tendrán destino científico y utilitario.
Gracias a su conservación durante siete años, el IFE podrá iniciar un estudio para conocer el comportamiento del voto del mexicano en esas controvertidas elecciones y tener la serie 2006-2009-2012.
Previo a la destrucción de los 130 mil 480 paquetes electorales, que se prevé inicie en octubre próximo y cuyo resguardo a cargo del Ejército mexicano significó un costo de mil 137 millones de pesos, se levantó la muestra que se utilizará para hacer el estudio de calidad del voto, tal y como se realiza desde 2003, y luego se triturará.
En un mes, todo quedará reducido a pulpa para elaborar papel, anunció Molina. Informó que dado el volumen de los documentos, mil 957 toneladas que ocupan cinco mil 611 metros cúbicos, la tarea de destrucción será en etapas, de modo que lo primero será la extracción y separación de los documentos electorales que formarán parte de la muestra para los estudios que efectuará el Instituto. Los siete años de disputa legal en tribunales locales e internacionales concluyeron ayer con la apertura de los cerrojos con los que esa papelería electoral se mantuvo bajo resguardo militar en una bodega del IFE.
Luego, con navajas en mano, personal del IFE comenzó a separar boletas, material inservible o reutilizable, grapas, tinta indeleble, y el levantamiento de una muestra representativa de boletas de ocho mil casillas, contenidas en dos mil 358 paquetes.
“Ahora no será voto por voto, ni casilla por casilla, sino distrito por distrito” que se hará el levantamiento de datos para tener información científica sobre la elección, anunció Gerardo Martínez, director de Estadística y Geografía Electoral del IFE.
La empresa que se hará cargo de la destrucción es Triturados Biopappel, firma que pagará 3.5 millones de pesos al IFE por el material, que será triturado y reciclado para no causar daño ecológico, en tareas que se realizarán en el estado de Veracruz.