EST10635151b218458_0Washington — El Presidente Barack Obama está solicitando 4 billones de dólares en fondos de emergencia al Congreso para hacerle frente a la crisis migratoria de una ola de menores que viajan solos a lo largo de la frontera sur de Estados Unidos, según dijeron hoy los funcionarios de la Casa Blanca.

La petición financiera, la cual es casi el doble de lo que los funcionarios habían señalado con anterioridad que sería lo necesario, aumentará los gastos en agentes de la patrulla fronteriza, jueces de inmigración, vigilancia aérea y nuevos centros de detención. Cerca de la mitad del dinero será utilizada para mejorar el cuidado de los menores durante su proceso de deportación.

“Estamos tomando medidas para proteger el debido proceso y para deportar a estos inmigrantes de manera más efectiva”, según dijo hoy un funcionario de la Casa Blanca. “Estamos atendiendo este problema de manera más agresiva en ambos lados de la frontera”.

La decisión de pedirle al Congreso más dinero surge al mismo tiempo que Obama viaja a Texas el día de hoy para asistir a eventos políticos de recaudación de fondos que habían sido previamente programados, y donde hablará sobre la clase media y la economía.

Obama no viajará a la frontera durante su visita, pero ha ofrecido reunirse con el gobernador Rick Perry, quien se rehusó a tomarse fotografías estrechando la mano del Presidente frente al Air Force One, una vez que Obama arribe a Texas.

En una carta que Perry envió a la Casa Blanca ayer, rechazó “estrechar la mano del Presidente en la pista del aeropuerto”, pero ofreció reunirse con Obama “en cualquier otro momento” para “discutir de manera sustanciosa la presente crisis”.

Los funcionarios de la Casa Blanca dijeron hoy que no habían recibido una “confirmación” de Perry en respuesta a la invitación hecha por Valerie Jarrett, una asesora de alto rango de la Casa Blanca.

Las delicadas negociaciones en torno a la reunión entre los dos líderes hacer resaltar los que está en juego para los políticos mientras atienden la crisis de grandes número de menores que viajan solos desde Centroamérica para cruzar a Estados Unidos desde México, fenómeno que se ha intensificado en los últimos meses.