En Siria, al menos 40 personas murieron en una ola de atentados suicidas con bomba perpetrados en zonas controladas por el Gobierno. El autoproclamado Estado Islámico (ISIS, por su sigla en inglés) se ha adjudicado la responsabilidad de los atentados que tuvieron lugar en Tartous, Homs, Hasakah y en una zona residencial de Damasco.

Las explosiones mortales se registraron tras la reunión mantenida por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, con su par ruso, Vladimir Putin, el lunes, paralelamente a la cumbre del G20, y luego de que el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, y su contraparte rusa, Sergey Lavrov, se reunieran el domingo pero no lograran llegar a un acuerdo para el alto el fuego en Siria.

Estados Unidos y Rusia apoyan a partes opuestas de la guerra que se desarrolla entre los rebeldes sirios y el Gobierno de Siria, aunque ambos países sostienen estar combatiendo a ISIS en Siria.