El martes, los votantes acudieron a las urnas para unas elecciones especiales en el estado de Ohio y para participar en elecciones primarias en Michigan, Kansas, Missouri y Washington.

Sorpresivamente, en Ohio, las elecciones especiales para el Congreso de Estados Unidos celebradas en un distrito de fuerte tradición republicana continúan sin ofrecer un resultado definido, aunque el candidato republicano Troy Balderson se ha adjudicado la victoria sobre el demócrata Danny O’Connor. Hasta ahora, Balderson supera a su candidato rival por sólo 1.754 sufragios, cuando aún falta escrutar miles de votos provisionales y emitidos por correspondencia.

En el estado de Kansas, las elecciones primarias republicanas para gobernador también siguen demasiado igualadas para definir un ganador. En ellas se enfrentaron el nuevo gobernador del estado Jeff Colyer y el exsecretario de Estado Kris Kobach. Este último es un impulsor clave de los intentos del Partido Republicano por suprimir votantes en todo el país, presenta una violenta postura contra los inmigrantes y encabezó la comisión de fraude electoral del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que ha sido ampliamente desacreditada.

En Michigan, la exlegisladora estatal Rashida Tlaib resultó vencedora en las elecciones primarias para la nominación demócrata para el Congreso y está lista para convertirse en la primera mujer congresista palestino-estadounidense del país. En las elecciones primarias para la nominación a gobernador de Michigan por el Partido Demócrata, Gretchen Whitmer, exlíder del Senado estatal de Michigan, venció al candidato progresista Dr. Abdul El-Sayed.

Además, en un referéndum estatal en Missouri, los votantes rechazaron por abrumadora mayoría una ley “de derecho al trabajo” —las leyes conocidas como “de derecho al trabajo” rigen en varios estados de Estados Unidos y regulan las relaciones entre sindicatos, trabajadores y empleadores—. Los resultados representan una victoria para los sindicatos, que se organizaron para oponerse a esta ley, que contó con el respaldo de los republicanos, ya que afirman que suprimiría los aumentos de salarios y perjudicaría los derechos de negociación colectiva.