EST1065794bd288944_0Washington— El sargento Bowe Bergdahl podría recibir hasta 350 mil dólares, libres de impuestos, si la actual investigación en torno a su desaparición de una base en Afganistán determina que no es un desertor, y si se llega a concluir que fue prisionero de guerra por cinco años mientras estuvo custodiado por militantes islámicos, según se ha enterado Fox News.

El soldado de 28 años, por quien Estados Unidos intercambió cinco operativos de alto rango del Talibán que se encontraban detenidos en la Bahía de Guantánamo, estaba programado a regresar a su trabajo ayer lunes tras haber pasado seis semanas en rehabilitación médica en Fort Sam Houston, en San Antonio.

‘Esencialmente estará haciendo trabajo de oficina’, según dijo ayer a los reporteros el portavoz del Pentágono, el coronel Steve Warren.

A Bergdahl se le deben 200 mil dólares en pagos de salario atrasados por el tiempo que estuvo en manos del Talibán.

Y podría recibir otros 150 mil si una actual investigación determina que fue prisionero de guerra. Ambas sumas podrían estar libres de impuestos para Bergdahl, quien fue promovido de soldado de primera clase a sargento durante el tiempo que estuvo detenido.

Bergdahl fue transferido al comando del Norte del Ejército de Estados Unidos el sábado, siendo mudado del comando del Sur del Ejército, el cual había estado al tanto de su arribo a Estados Unidos y de su reintegración. Bajo el mando del Ejército del Norte, regresará a trabajar y vivirá en los cuarteles militares. Fue asignado a la oficina de protocolo, la cual asiste a los soldados en procedimientos del ejército y de etiqueta.

‘Ese es el peor lugar en el que lo pusieron. Aún no termina la investigación. Por lo que no estoy seguro qué es lo que se supone que debe hacer’, según dijo un oficial del Ejército, quien habló bajo condición de anonimato, ya que no están autorizados para hablar públicamente sobre el caso del sargento.

A Bergdahl ya se le permite salir de la base, siendo escoltado por un equipo de soldados cuando lo hace. Recientemente visitó un centro comercial para comprar algunos artículos para su computadora y el grupo fue visto en un restaurante local, según dijeron las personas enteradas de sus movimientos.

Bergdahl aún no ha hablado con sus padres, a pesar de que les envió dos cartas a su casa en Idaho. Robert y Jani Bergdahl aún no lo han visitado en Texas, y hay reportes de que existe un distanciamiento en la familia.

Un amigo de muchos años, identificado como Kim Harrison, se encuentra actualmente en San Antonio y los dos se reúnen con frecuencia, según los oficiales.

Bajo las normas fiscales para pagos militares, el personal enlistado puede excluir el pago de servicio activo mientras se encuentra en una zona de combate. Y, de acuerdo a las regulaciones de manejos financieros del Departamento de Defensa, los pagos a ex prisioneros de guerra por lo general quedan exentos de impuestos si su cautiverio fue el resultado de la privación de sus derechos personales a causa de actividades terroristas.

El estatus de Bergdahl como prisionero de guerra puede ser únicamente determinado por el secretario del Ejército, después de que termine la investigación sobre por qué abandonó su puesto en el este de Afganistán en junio del 2009.

El Pentágono dijo ayer que la investigación aún continúa, pero no dio a conocer más detalles.

De acuerdo con oficiales del ejército, familiarizados con su programa de rehabilitación, Bergdahl ya cuenta con un abogado que lo represente.

‘No se ve nada preocupado sobre la investigación del Ejército’, dijo un oficial. ‘La investigación debe acelerarse, ya que pronto él quedará fuera del Ejército. Consiguió un abogado, por lo que nosotros tuvimos que reducir el interrogatorio’.

Bergdahl aún no ha sido interrogado sobre por qué abandonó su puesto. Aún no se sabe cuándo termina su servicio militar.

Varios soldados que sirvieron junto con Bergdahl se han acercado para decir que ellos creen que desertó de manera intencional a su puesto, y puso a sus compañeros soldados en riesgo cuando fueron en su búsqueda.

‘Pienso que él desertó a su puesto’, según dijo el ex sargento Evan Buetow a FoxNew.com la semana pasada.

‘Pensó muy bien sobre lo que iba a hacer, envió por correo algunas cosas a casa, y dejó su puesto, tenemos testigos que lo vieron hacerlo. Y si abandonas tu puesto en una de las áreas más peligrosas de Afganistán sin tu rifle y equipo, no creo que estés planeando regresar’.

El ex sargento Matt Vierkant, miembro de la unidad de Bergdahl, también dijo a FoxNews.com que Bergdahl desertó a su unidad. Él cree que el originario de Idaho debe ser acusado de deserción, en lugar de que lo agasajen con pagos de salario atrasados.

‘El factor más importante no es necesariamente el por qué lo hizo o que fue lo que lo instó a hacerlo’, dijo Vierkant. ‘El factor más importante es que lo hizo –sin importar las razones. Eso es suficiente para mí para llevarlo ante una corte marcial, levantarle una serie de diferentes cargos bajo el Código Uniforme de Justicia Militar’.