LIMA — De acuerdo a la Prensa Asociada, Perú ratificó el martes la legalidad de las corridas de toros y peleas de gallos que grupos defensores de los derechos de los animales consideran prácticas crueles y sangrientas. Con cuatro votos a favor y tres en contra, los miembros del Tribunal Constitucional declararon infundada una demanda de defensores de los animales que buscaban criminalizar ambas actividades. “No se pueden utilizar los procesos constitucionales para pretender un cambio de costumbres”, dijo el magistrado José Sardón, quien votó a favor de declarar infundada la demanda. En el otro extremo, la magistrada María Ledesma, presidenta del Tribunal, dijo que no se deben seguir “asumiendo unas prácticas hechas en la época de la barbarie” mientras entregaba a sus colegas banderillas con punta de arpón que los toreros clavan en los lomos de los toros. De esta forma, Perú decidió mantener una práctica que empezó en el siglo XVI con la llegada de los españoles y que ha sido abolida en varios estados de México y regiones de España. La demanda presentada en 2018 por grupos animalistas buscaba castigar con hasta cinco años de cárcel a quienes provoquen la muerte de los animales. La fuerte respuesta de los defensores de las corridas de toros y de las peleas de gallos generó dos multitudinarias marchas en la capital peruana, en enero y febrero. En Perú ver morir a toros y gallos genera una industria activa que incluye apuestas y cobro de entradas. Es controversial y genera visiones opuestas incluso dentro de una misma familia. Con frecuencia se celebran durante las fiestas patronales del santoral católico y han inspirado a escritores peruanos como los fallecidos José María Arguedas y Abraham Valdelomar. En Perú existen más corridas de toros que días del año: alrededor de 540, la mayor cifra de toda América Latina, según la Agenda Taurina, la mayor guía de toros del país. Además, hay 1.700 coliseos donde hay peleas de gallos, según la Unión de Galleros del Perú.