Por BARBARA SURK

NIZA, Francia (AP) — Mientras la mayoría del mundo da la espalda al presidente de Rusia, Vladimir Putin, por la invasión rusa en Ucrania, uno de los pocos líderes que mantiene una línea abierta de comunicación con él es el presidente de Francia, Emmanuel Macron.

Los esfuerzos diplomáticos de Macron por impedir la guerra fracasaron, pero él no se rinde: los dos hombres han hablado en cuatro ocasiones desde que las fuerzas rusas atacaron Ucrania el 24 de febrero, y en 11 ocasiones en el último mes.

El mandatario francés, cuyo país ostenta ahora el turno de presidencia de la Unión Europea, es uno de los pocos extranjeros con acceso a la postura de Putin durante la mayor invasión militar europea desde la II Guerra Mundial.

El primer ministro de Israel, Naftali Bennett, también se está convirtiendo en mediador y se reunió el sábado con Putin en una visita sorpresa a Moscú, antes de volver a hablar por teléfono con él el domingo.

La persistente presión de Macron en favor del diálogo está en línea con la posición de Francia tras la II Guerra Mundial de labrar su propia senda geopolítica y negarse a seguir ciegamente a Estados Unidos.

Después de que las tropas rusas se adentraran en Ucrania, la determinación de Macron de mantener los canales de comunicación con Putin ofrece a los aliados occidentales un atisbo de lo que opina el líder ruso y de sus intenciones en el campo de batalla y en su país, mientras el Kremlin persigue a la oposición.

“Él mantiene un canal diplomático abierto para Occidente en caso de que Putin pueda querer desescalar y buscar una salida a la crisis”, dijo Benjamin Haddad, director para Europa en el Atlantic Council en París, y miembro del partido de Macron.

Macron también ha hablado con Putin en nombre del presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, dijo Haddad, e intentado obtener concesiones de Putin: declaraciones locales de cese el fuego, paso seguro para civiles atrapados y acceso para ayuda humanitaria.

Durante su llamada más reciente, el domingo, celebrada a petición de Macron, el mandatario francés y Putin hablaron durante casi dos horas sobre la seguridad de las plantas nucleares ucranianas.

Putin dijo que no pretende atacarlas y aceptó el principio de “diálogo” entre el Organismo Internacional de la Energía Atómica, Ucrania y Rusia sobre el asunto, según un funcionario francés que habló bajo condición de anonimato en línea con las prácticas de la presidencia francesa.

“En el Elíseo no se hacen absolutamente ninguna ilusión de que Putin mantenga su palabra en nada de lo que prometa”, señaló Haddad, ni de que Putin vaya a cambiar de opinión sobre la invasión. Pero Haddad señaló que es importante que Macron siga tratando de contactar con Putin, mientras Occidente toma represalias contra Rusia y refuerza las defensas ucranianas.

Rompiendo la norma diplomática de mantener en secreto estas conversaciones, la presidencia francesa ha compartido el contenido de las charlas de Macron con Putin. Los asesores de Macron y el propio presidente detallaron los esfuerzos por evitar la guerra y después describieron las promesas rotas de Putin de mantener la paz.

Eso ayudó a Macron a reunir apoyos para las medidas más duras impuestas contra Rusia, unir a la dividida Unión Europea de 27 miembros y reavivar el papel geopolítico de la OTAN.

Dado que mantener abiertas las comunicaciones puede ser útil durante un conflicto para transmitir menajes, advertencias o amenazas, y recibir una respuesta, el gobierno de Biden cree que estos contactos pueden ser útiles al menos para obtener algo de información sobre el estado de ánimo, comportamiento y actitud de Putin. El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, viajará a París el martes para hablar directamente de Macron sobre sus conversaciones recientes con Putin.

Pero las autoridades estadounidenses siguen sin estar convencidas de que los esfuerzos de Macron -o de cualquier otro líder- hayan tenido un impacto significativo en la toma de decisiones de Putin. Señalan que pese a varias intervenciones del presidente de Francia, Putin no sólo ha procedido con la invasión sino que ha intensificado el conflicto.

El presidente de Francia ha sido claro desde el principio: sólo Putin es responsable de la muerte y destrucción en Ucrania y de las graves consecuencias de la guerra para Francia y Europa. Pero por otro lado, si Putin quiere hablar, él escuchará.

Putin llamó el jueves. El número de refugiados que huían de Ucrania ya había superado el millón de personas y había varias poblaciones en ruinas en el este del país. Macron contestó y hablaron 90 minutos.

Un representante de la presidencia francesa se apresuró a informar a la prensa sobre la conversación. Putin había dicho a Macron que su operación militar en Ucrania marchaba “según el plan” y que continuaría “hasta el final”, dijo el funcionario.

Putin afirmó que los ucranianos estaban cometiendo “crímenes de guerra” y los llamó “nazis”. No había necesidad de negociar, dijo Putin, afirmando que conseguiría la “neutralización y desarme de Ucrania” con su ejército. El funcionario francés no fue identificado, de acuerdo con las prácticas del Elíseo.

Macron “habló con franqueza” a Putin, añadió el funcionario, y explicó cómo se percibía en Occidente su guerra en Ucrania. “Hablé con el presidente Putin. Le pedí que detuviera los ataques sobre Ucrania. En este momento, se niega”, tuiteó Macron.

El diálogo continuará, señaló. “Debemos impedir que ocurra lo peor”.

Desde que fue elegido en 2017, Macron ha mostrado un gran interés en forjar conexiones personales con líderes mundiales, incluidos los que valoran un cierto grado de pragmatismo cuando se trata de democracia y derechos humanos a la hora de buscar oportunidades empresariales.

Su diplomacia favorable a los negocios tuvo resultados en el Golfo Pérsico en diciembre cuando firmó un contrato multimillonario de armas con el príncipe heredero de Abu Dabi, Mohammed bin Zayed Al Nayhan. Macron fue muy criticado en ese viaje por ir a Arabia Saudí y convertirse en el primer líder occidental en reunirse con el príncipe heredero Mohammed bin Salman tras el asesinato en 2018 del periodista Jamal Khashoggi.

“Macron destaca entre los líderes de la Unión Europea con su disposición a ser el centro de atención, a impulsar la política exterior y poner cosas en marcha”, dijo Silvia Colombo, experta en relaciones exteriores de la Unión Europea en el International Institute en Roma.

No hay otro líder extranjero al que Macron haya intentado acercarse más que a Putin. Macron, un firme europeísta, confiaba en que una combinación de encanto personal y el esplendor del pasado de Francia convenciera a Putin para mantener a Rusia dentro de los confines europeos de seguridad.

Macron recibió primero a Putin en el lujoso Palacio de Versalles en 2017. Dos años después abordaron las paralizadas negociaciones de paz con Ucrania en la residencia de verano de Macron en Fort de Bregancon, en la Riviera Francesa, en un intento de Macron de consolidar una diplomacia europea que ha ayudado a reducir hostilidades en el pasado.

En las últimas semanas ha quedado claro que Putin hacía preparativos de guerra aunque lo negara, sentado enfrente de Macron en una enorme mesa durante su última visita a Moscú.

Cuando los críticos acusaron al mandatario galo de caer en la vieja trampa europea de tratar de calmar a Putin, el ministro francés de Exteriores, Jean-Yves Le Drian, dijo que Macron había querido creerle.

“El presidente no es ingenuo”, dijo Le Drian la víspera de la invasión rusa. “Conoce los métodos, el carácter y la naturaleza cínica de Putin”.