Nueva York— Mary Barra está decidida a hacer una limpieza a fondo en General Motors antes de que el escándalo por la gestión de las revisiones de vehículos en Estados Unidos acabe manchando la imagen de la marca. El fabricante ahora ha pedido que pasen por el taller 1.5 millones de coches, en su mayoría por un defecto en las bolsas de aire.
Esta cifra se suma a los 1.6 millones que han sido llamados al taller por un defecto en el sistema de encendido. La compañía, entretanto, ha apartado 300 millones de dólares para hacer frente al coste de las reparaciones.
Esta partida se cargará en los resultados del primer trimestre de 2014, indicó la multinacional de Detroit. La última llamada a revisión afecta en concreto a 1.18 millones de modelos de coches todoterreno de la marca Buick, GMC, Chevrolet y Saturn, por un problema de instalación del airbag. Se le suman 303 mil camionetas Chevy y GMC con problemas en el tablero de instrumentos y 63 mil 900 coches Cadillac por el riesgo de recalentamiento de los frenos.
La dirección de GM está bajo una intensa presión pública por su lenta respuesta a los problemas con el sistema de arranque del Chevy Cobalt y el Pontiac 5G. Los primeros defectos se detectaron en 2001, pero no se hizo una llamada a revisión hasta hace un par de semanas. El regulador de la seguridad en carretera tampoco reaccionó ante las quejas de los clientes. Hay una investigación abierta por el Departamento de Justicia y otra en el Congreso.
Barra, que lleva dos meses al frente de GM, también inició un examen al tener conocimiento del problema. La nueva llamada a revisión se atribuye a esta investigación y pidió a los responsables de los productos afectados que hagan lo posible para resolverlos “lo antes posible”.