Este verano, tuve la oportunidad de reunirme con los Orellanas, una familia de Bolivia que hizo de Virginia su hogar. Durante nuestra conversación me dijeron lo aterrorizados que estaban de ser separados debido a su estatus migratorio.

Los Orellanas son una de las muchas familias en los Estados Unidos que fueron elegibles para las acciones ejecutivas del presidente Obama sobre migración: DACA y DAPA. Rebeca, una de sus dos hijas, llegó a los Estados Unidos de niña, está protegida de la deportación y puede luchar por sus sueños gracias a DACA. Pero para sus padres, Wilson y Roxana, el futuro continúa siendo incierto.

Cuando nos reunimos, estaban esperando con ansias la decisión de la Corte Suprema sobre DAPA. Desafortunadamente, la decisión de la Corte Suprema ha regresado a millones de familias, como los Orellanas, a la incertidumbre.

Deberíamos estar haciendo todo lo posible por mantener juntas a familias, no amenazándolos con la deportación o separación. Después de todo, son nuestros amigos, vecinos y compañeros. Ellos enriquecen nuestras comunidades y contribuyen a nuestra economía.

Hillary Clinton y yo continuaremos defendiendo a DACA y DAPA, y haremos todo lo posible bajo la ley para crear un sistema para las personas con casos meritorios y hacer que sus casos también sean elegibles para la acción diferida.

Hemos esperado lo suficiente. En los primeros 100 días de gestión, Hillary y yo presentaremos una reforma migratoria integral ante el Congreso que incluirá un camino a la ciudadanía, seguridad en la frontera, y abordará las visas de familias pendientes. Eso permitirá a nuestro país ser lo que siempre ha sido: un lugar donde personas de todo el mundo pueden venir a empezar un negocio, perseguir sus sueños, aplicar sus talentos en la innovación y el crecimiento de los Estados Unidos.

Esta es una estrategia muy diferente a la que Donald Trump propone. No solo no apoya una reforma integral, sino que ha amenazado con mandar a una fuerza de deportación para detener a 16 millones de personas y sacarlos de nuestro país. Trump también apoya eliminar el derecho a la ciudadanía por nacimiento; uno de los principios estadounidenses que establece que, si naciste aquí, perteneces aquí.

No podemos permitir que Trump cree una imagen falsa de los inmigrantes y destruya todo lo que este país representa.

Hay un dicho que aprendí en Honduras: Adelante, no atrás.

Tenemos mucho trabajo por delante. Si Hillary y yo tenemos el honor de servir como tu presidente y vicepresidente, continuaremos hacia delante –no hacia atrás– y continuaremos luchando para que el Sueño Americano sea una realidad para todos.