Héctor O’Neill encara siete cargos criminales por acoso sexual contra dos empleadas
El exalcalde de Guaynabo, Héctor O’Neill, tendrá que pasar la Navidad llevando un grillete electrónico, mientras aguarda por el proceso judicial en su contra que comenzó ayer con la presentación de varios cargos criminales, y que podría terminar con una condena de 25 años de prisión.
El juez Roberto Pares, de la sala de investigaciones del Centro Judicial de San Juan, escuchó el caso presentado por los fiscales especiales independientes Guillermo Garau y Leticia Pabón, y encontró causa para arresto contra O’Neill en siete de los once cargos radicados.
Los cargos contra O’Neill tienen que ver con alegados abusos sexuales que cometió el entonces alcalde contra al menos dos víctimas.
El escándalo, que eventualmente llevó a O’Neill a renunciar a la alcaldía , se hizo público en marzo pasado luego que trascendieran las denuncias de una policía municipal, que había llegado a un acuerdo financiero confidencial con el alcalde para desistir del pleito por un presunto patrón de acoso y abuso sexual.
El Departamento de Justicia investigó el asunto y encontró 20 violaciones de ley por parte de O’Neill y las refirió a la Oficina del Panel del Fiscal Especial Independiente. Los fiscales sometieron finalmente 11 cargos.
A base de las declaraciones de Garau y Pabón luego de la vista, el juez encontró causa en los cargos de violación a la Ley 54 de violencia doméstica en su modalidad de maltrato; violación a la Ley 54 por agresión sexual; acoso sexual en la forma de hostigamiento sexual en el empleo; exposición deshonesta; un cargo de actos lascivos contra una segunda víctima; y dos cargos de violaciones a la Ley de Ética Gubernamental (tanto bajo la ley anterior como la actual aprobada en el 2011).
Los dos cargos de violaciones a la Ley 54, los dos de violaciones a la Ley de Ética Gubernamental y el cargo de actos lascivos, son delitos graves.
El cargo de agresión sexual, explicó Garau, conlleva un término fijo de 25 años de prisión; otros de esos delitos tienen términos fijos de ocho y cuatro años de prisión.
Los cargos en los que el juez no encontró causa fueron el de violación a la Ley 54 de violencia doméstica en la modalidad de restricción a la libertad; un cargo de actos lascivos; un cargo de persuasión a testigos para evitar que declararan ante la justicia; y un cargo de amenaza a testigos.
Los fiscales indicaron que harían una evaluación para decidir si sometían en alzada los cargos rechazados.
A juicio de los fiscales, “todos los cargos se sometieron bajo declaraciones juradas y voluminosa prueba documental”. Garau aclaró que los cargos involucran presuntos delitos contra la mujer policía municipal y contra otra empleada.
A O’Neill se le impuso una fianza de $30,000 por el delito de agresión sexual, y de $10,000 por los otros delitos, aunque en tres de esos era una fianza diferida.
Del monto total de la fianza, pagó $40,000 y se le colocó un grillete electrónico.
El reconocido político del Partido Nuevo Progresista (PNP) será fichado hoy y la vista preliminar del caso se fijó para el próximo 4 de enero.
La fiscal Pabón expresó que con la radicación de cargos ayer se enviaba a los funcionarios públicos un mensaje de “que tiene que hacer su trabajo dentro de los parámetros de la ley, y que las mujeres que trabajan bajo su supervisión no son para hacerlas propiedad de ellos”.
A su llegada al tribunal el exalcalde dijo sentirse “tranquilo”. A su salida, en cambio, O’Neill no hizo expresiones. En todo momento se mantuvo sereno.
Sus abogados, Harry Padilla y Joaquín Monserrate, pidieron una posposición de la vista. Pero el juez denegó la petición. Argumentaron que los fiscales no le habían hecho saber los cargos que someterían, porque querían presentar prueba documental.
“El sistema de derecho lo permite. Yo no creo que nadie que esté encausado le gustaría ese sistema de derecho”, lamentó Padilla. “La costumbre que conozco de los fiscales del departamento de justicia es que cuando uno le dice ‘mira qué vas a radicar’, ‘pues le voy a radicar x, o y z’, y uno va preparado para ver eso”, agrgó.
Padilla aseguró que había explicado muy bien a su cliente a qué se exponía en este proceso criminal, y dio a entender que se encontraba de buen ánimo.
“Mis defendidos siempre están en formación de batalla”, dijo Padilla. “Yo lo veo tranquilo, y espero que así siga”.