El gobierno de Barack Obama otorgó aprobación condicional a Shell para comenzar la perforación en el océano Ártico este verano, a pesar de las protestas de ambientalistas y de una serie de problemas de seguridad. Shell había obtenido autorización para comenzar a perforar en el Ártico en 2012, pero sufrió varios contratiempos, como que encallara una plataforma petrolera de la empresa. El Departamento del Interior de Estados Unidos concluyó que la empresa “lo arruinó todo” al no cumplir con varias tareas fundamentales, como supervisar a contratistas. Sin embargo, dicho organismo ahora permitirá que Shell perfore en el Mar Chukotka, una zona prístina y remota cerca de la costa de Alaska. Se trata de una zona con condiciones climáticas extremas que dificultarían enormemente llegar a la plataforma en caso de una emergencia. Los ambientalistas han condenado categóricamente la decisión del gobierno. Rebecca Noblin, del Centro para la Diversidad Biológica, afirmó: “Los científicos nos dicen que si queremos evitar los peores efectos del cambio climático, debemos mantener el petróleo del Ártico en el suelo. La perforación en el Ártico implica un 75% de probabilidad de que se produzca un derrame de petróleo y un 100% de probabilidad de una catástrofe climática”.