El periódico The Washington Post informa que el fundador de la empresa militar privada Blackwater, Erik Prince, se reunió en secreto con un funcionario ruso cercano al presidente de Rusia, Vladimir Putin, en un intento por establecer líneas de comunicación secretas entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y Putin en los días previos a la asunción de Trump.
Se informa que la reunión habría tenido lugar en las islas Seychelles y que fue organizada por altos funcionarios de Emiratos Árabes Unidos. El artículo indica que Prince concurrió en representación propia como enviado no oficial de Trump.
Funcionarios estadounidenses anónimos confirmaron a The Washington Post que el FBI está investigando la reunión en las islas Seychelles como parte de su investigación acerca de la connivencia de la campaña de Trump con Rusia para influir en las elecciones presidenciales que se celebraron en 2016.
La Casa Blanca niega que Prince fuera un enviado no oficial de Trump, y afirma que Prince no desempeñaba ningún papel oficial en el equipo de transición. Sin embargo, Prince tiene vínculos con el jefe estratega de Trump, Stephen Bannon, y también con la secretaria de Educación de Trump, Betsy DeVos, hermana de Prince.
Según funcionarios cuya identidad no se dio a conocer, The Washington Post informa que frecuentemente se hacía referencia a Prince en las conversaciones internas del equipo de transición de Trump, en las que se sugería que actuaba como una especie de asesor externo. Prince además donó 250.000 dólares a la campaña de Donald Trump.
Prince fue el fundador de la empresa paramilitar privada Blackwater, ahora desaparecida, cuyos guardias fueron sentenciados por el asesinato de civiles en Irak en 2007.