Por DÁNICA COTO y CARA ANNA

SAN JUAN (AP) — El fin de la protección constitucional para los abortos en Estados Unidos el viernes inyectó brío a oponentes del aborto en todo el mundo y causó temor entre los defensores del derecho al aborto de que el fallo en Washington pueda amenazar recientes pasos hacia la legalización en sus países.

La anulación por la Corte Suprema del histórico fallo Roe vs. Wade muestra “que este tipo de derechos están siempre en riesgo de ser avasallados”, dijo Ruth Zurbriggen, una activista argentina integrante de la Red Compañera de Latinoamérica y el Caribe, un grupo que defiende el derecho al aborto.

Pero en El Salvador, Sara Larín, presidenta de la Fundación Vida SV, expresó sus esperanzas de que el fallo impulse campañas contra el aborto en todo el mundo.

“Confiamos que con este fallo se va poder ir aboliendo el aborto en Estados Unidos y en todo el mundo”, aseveró la activista opositora a la interrupción del embarazo.

En Kenia, Phonsina Archane vio la noticia del fallo el viernes y dice que se paralizó de pánico.

El aborto en África subsahariana es ya más peligroso que en cualquier otra región del mundo, y la mayoría de las mujeres en edad fértil viven en países en los que las leyes restringen de alguna manera el procedimiento, de acuerdo con el Instituto Guttmacher, un grupo de estudios con sede en Nueva York que apoya el derecho al aborto.

La decisión, que deja a los legisladores de cada estado de Estados Unidos si permite o prohíbe los abortos, inundó las redes sociales en Argentina, donde en enero del 2021 entró en vigor una ley que legalizó el aborto hasta la 14ta semana de gestación luego de años de debates.

Los activistas antiaborto vitorearon el fallo del viernes. La legisladora Amalia Granata tuiteó: “En el mundo hay otra vez justicia. En Argentina lo vamos a lograr también”.

En países más conservadores como El Salvador, donde los abortos son ilegales sin importar las circunstancias y donde unas 180 mujeres con emergencias obstétricas han sido enjuiciadas en las últimas dos décadas, Larín advirtió que el fallo pudiera inspirar más esfuerzos para aflojar las restricciones al aborto fuera de Estados Unidos.

En el Vaticano, el presidente de la Pontificia Academia para la Vida, el arzobispo Vincenzo Paglia, dijo de que se trata de un momento de reflexión, de sanar las heridas y de diálogo civil.

En México, la abogada y activista Verónica Cruz, integrante de la organización feminista “Las Libres”, dijo que el fallo podría dar impulso a los grupos antiaborto, pero agregó que tal vez no repercuta en el país, donde 10 de los 32 estados han legalizado la interrupción del embarazo hasta las 12 semanas de gestación en los últimos años.

Destacó que el fallo podría causar que aumenten los llamados de asistencia de mujeres estadounidenses que quieran abortar en México o comprar píldoras en las farmacias mexicanas para interrumpir su embarazo.

En lo que va de este año, activistas locales han acompañado a unas 1.500 mujeres estadounidenses que viajaron a México para esos propósitos, indicó Cruz.

Ricardo Cano, del grupo opuesto al aborto Frente Nacional por la Familia, también duda que el fallo vaya a tener algún impacto en México u otras partes en América Latina, debido al avance de las ideologías izquierdistas en la región.

Colombia, que se convirtió en febrero en el más reciente país latinoamericano que amplía el acceso al aborto, tampoco se verá afectada por el fallo, estimó Catalina Martínez Coral, directora para América Latina y el Caribe del Centro de Derechos Reproductivos.

“No veo un retroceso en aquellos países que han dado pasos importantes, por ejemplo Colombia o México, con las decisiones de las cortes, porque fueron hechas a través de un marco constitucional moderno… que integra obligaciones de los Estados a nivel internacional y regional”, aseguró a la AP Martínez desde Bogotá.

En tanto, los jefes de Estado de al menos dos miembros del Grupo de los Siete dijeron que la decisión era “horrible”.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia exhortó a las autoridades federales de Estados Unidos a que “hagan todo lo posible” para garantizar que las mujeres estadounidenses tengan continuo acceso al aborto, y lo describió como una “cuestión de salud y sobrevivencia”. El presidente francés Emmanuel Macron agregó en un tuit que el “aborto es un derecho fundamental de todas las mujeres”.

La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, dijo que “ver la cancelación de un derecho fundamental de la mujer a decidir sobre su propio cuerpo es increíblemente inquietante. Aquí en Nueva Zelanda legislamos recientemente para despenalizar el aborto y atenderlo como un asunto de salud y no de índole penal”.