El sueño de uno que se convierte en pesadilla para otro: Clarence Moses
El atardecer del 22 de diciembre de este año, el primer día del invierno, Clarence Moses-EL salió caminando de la cárcel del condado, en Denver, libre después de 28 años. El día más corto del año podría ser el que marque el fin de la pesadilla más larga de su vida. Y todo fue por culpa de un sueño.
Moses-EL fue acusado de violación en 1987. En un comienzo, la víctima de violación dio el nombre de tres hombres con los que había estado tomando algo como sus posibles atacantes. Sin embargo, un día y medio más tarde, soñó que su vecino, Clarence Moses-EL, había sido su atacante y lo denunció ante la policía, que procedió inmediatamente a arrestarlo. Nunca se investigó a los otros tres hombres que la víctima nombró en un comienzo. No había pruebas físicas que vincularan a Moses-EL con el delito. El sueño de la víctima fue la única “prueba” que se presentó en su contra.
Sin embargo, la fiscalía tenía pruebas disponibles a su alcance: muestras para analizar tomadas en la escena del crimen, las sábanas y la vestimenta de la víctima. Nunca se analizó el ADN de estos artículos. En 1995, tras haber pasado años en la cárcel, Moses-EL obtuvo una orden judicial que ordenaba la realización de un análisis forense de las pruebas, gracias a las cuales podría haber sido liberado. Moses-EL logró recolectar los mil dólares necesarios para pagar las pruebas, gracias a las donaciones de otros reclusos. El juez ordenó a la policía de Denver que entregara las pruebas. La policía marcó la caja que contenía las pruebas con la leyenda: “No destruir” e inexplicablemente la tiró a la basura.
“Literalmente me vine abajo en la celda”, les dijo Moses-EL a los periodistas de investigación del Denver Post Susan Greene y Miles Moffeit en 2007. “No podía creerlo. Estaba destrozado. Rompieron sus propias reglas y tiraron a la basura la única llave de mi libertad”, afirmó. Los periodistas Greene y Moffeit escribieron sendos artículos sobre Moses-EL y otros prisioneros en cuyos casos se destruyeron pruebas de ADN que podrían haberlos exculpado. Incluso llegaron a ser finalistas del Premio Pulitzer por su serie de artículos “Trashing the Truth” (Desechar la verdad). Desde entonces, Susan Greene se ha convertido en editora del sitio web del periódico The Colorado Independent y no ha dejado de informar sobre el caso de Moses-EL.
Clarence Moses-EL languideció en la cárcel hasta que, en 2012, recibió una carta de otro recluso de Colorado, L.C. Jackson. Jackson fue uno de los tres hombres que la víctima de violación había nombrado inicialmente como sospechosos, hasta que dio el nombre de Moses-EL después de haber tenido aquel sueño. ¿Qué fue lo que Jackson escribió en la carta?: “Realmente no sé qué decirte, pero empecemos por esclarecer lo que ocurrió y permanece en la oscuridad. Tengo muchas cosas guardadas adentro mío. No sé quién está trabajando en esto, pero diles que vengan a verme. Ya es hora. Estaré esperando”. Jackson está cumpliendo dos condenas a cadena perpetua por la doble violación de una madre y su hija de 9 años, un delito que se parece mucho a la violación por la que fue condenado Moses-EL.
El Fiscal de Distrito de Denver Mitch Morrisey tardó dos años en considerar la confesión de Jackson. Moses-EL y su equipo de abogados lograron finalmente obtener una audiencia judicial para presentar la confesión de Jackson y otras nuevas pruebas. Hace dos semanas, un juez de Colorado anuló las condenas de Moses-EL y ordenó al Fiscal de Distrito que realizara un nuevo juicio o retirara los cargos. El martes, en una audiencia de fianza, el fiscal solicitó una fecha para el nuevo juicio, que el juez fijó para junio. Horas más tarde, Moses-EL salió de la cárcel: ya no está preso, pero todavía no es realmente libre.
Mitch Morrissey renunciará a su cargo de fiscal de distrito tras 10 años en funciones. Hasta el momento, dos de los candidatos que se presentan para reemplazarlo, Beth McCann y Michael Carrigan, han dicho que retirarán los cargos contra Moses-EL si ganan el concurso para acceder a la fiscalía en noviembre.
Al salir de la cárcel de Denver, Moses-EL dijo a los medios presentes: “Es maravilloso. Esperé tanto este momento”. Cuando le preguntaron qué lo mantuvo en pie todos estos años en la cárcel, respondió: “Mi fé y mi inocencia”. Clarence Moses-EL no busca venganza. En una pequeña celebración tras su liberación, Moses-EL dijo: “Todavía tengo una vida por delante. Sé que todo saldrá bien. Nunca lo dudé, a pesar de que por momentos sentí que estaba bajo una pila de ladrillos y no podía respirar”.
Clarence Moses-EL está deseando empezar a trabajar, poder contribuir a la comunidad. “Quiero servir a la comunidad, en programas donde pueda compartir mi experiencia, mi sabiduría, mi talento, mi creatividad”, dijo. El Fiscal de Distrito de Denver Mitch Morrissey sostiene que representa a la población. Es momento de que la población de Denver exija que se retiren los cargos contra Clarence Moses-EL.