El papa Francisco dio su esperado discurso en Birmania el martes, en el que decidió no hablar públicamente sobre la campaña de limpieza étnica contra los musulmanes rohinyás llevada a cabo por las fuerzas armadas de ese país, que es mayoritariamente budista.

Más de 600.000 rohinyás han huido de Birmania al vecino Bangladesh en medio de la campaña militar de asesinatos, violaciones e incendios provocados.

El martes, el papa Francisco ni siquiera pronunció la palabra “rohinyá”, luego de que líderes de la Iglesia le advirtieran que utilizar esa palabra tan polarizada podría entenderse como una provocación al ejército birmano.

El papa también se reunió en privado con el líder de las fuerzas armadas de Birmania y con la líder de facto Aung San Suu Kyi. Se espera que el papa se reúna esta semana con refugiados rohinyás en Bangladesh.