Roberto A. Nodal

No deja de causar asombro la reciente visita a China del internacionalmente reconocido ex Sec

retario de Estado norteamericano durantelas administraciones de Richard Nixon y Gerald Ford, y nada menos que a la avanzada edad de 100 años. Como es bien sabido, Kissinger fue el arquitecto de las negociaciones que llevaron al establecimiento de relaciones entre Estados Unidos y China y de la visita oficial del Presidente Nixon al país asiático en 1972 y su histórica reunión con el entonces lider Mao Tsetung.  En esta ocasión Kissinger -en su viaje número 100 a China- fue recibido efusivamente y con la mas alta deferencia por el actual presidente Xi Jinping, y que se refirió al importante visitante como “un viejo y confiable amigo de China.”

El encuentro adquiere particular simbolismo en momentos en que las dos grandes super potencias tratan de recuperar unos lazos diplomáticos en precario estado y a los niveles mas bajos en los ultimos meses. La visita de Kissinger, de carácter privado, prácticamente ha coincidido con las del actual Secretario de Estado Antony Blinken así como la de John Kerry, enviado especial de la administración Biden para Asuntos Climáticos, y la de la Secretaria del Tesoro Janet Yellin.  Destaquemos, sin embargo, que el presidente Xi no llegó a reunirse con estos dos ultimos, carente así de la particular deferencia que tuvo con Kissinger. En un tremendo despliegue de energía, a pesar de su avanzada edad, previos problemas de salud, y la tremenda distancia del viaje, el prácticamente “indestructible” Kissinger se reunió, en una apretadisima agenda, con otros altos lideres chinos, incluyendo el ministro de defensa Li Shangfu, cuya inclusión en la lista negra de sancionados por Washington (en 2018 antes de ser nombrado ministro en 2023) ha sido uno de los tropiezos en la re-apertura de canales de comunicación de carácter militar entre China y Estados Unidos, virtualmente rotos el verano pasado trás la crisis entre ambos paises sobre Taiwán y la visita oficial de la ex lider congresional Nancy Pelosi a esa isla, y la cual China sigue reclamando como parte integral de su territorio.

Kissinger es altamente respetado en China por su papel en el establecimiento de relaciones con Estados Unidos, las mismas que ahora parecen pasar por uno de sus peores momentos. En esta visita privada de Kissinger, éste habría tratado de entender y calibrar mejor lo que están verdaderamente pensando las autoridades chinas y compartir sus impresiones con la administración Biden. “Han sido conversaciones francas y sinceras, en un ambiente relajado, frecuentemente difícil de lograr en visitas oficiales,” señaló un portavoz de la cancilleria china, y el cual se deshizo en elogios, refiriendose frecuentemente a Kissinger como alguien de “eminente coraje y sabiduría.” Con una recepción tan excepcionalmente cálida los chinos parecen estar enviando un mensaje de que desean una mejor relación con Estados Unidos, en base de respeto mutuo, como les corresponde en condición de super potencias, pero dentro de sus terminos, y sin intentos de “ordenarles” o interferir de como llevar sus propios asuntos.

Kissinger goza aún de gran prestigio en los circulos políticos y academicos norteamericanos e internacionales, y ha escrito numerosos libros, varios de ellos sobre China. No obstante así, no carece de detractores, particularmente por su participación anterior en lo relacionado a la política sobre Vietnam y otros paises asiáticos, y al igual que durante la era de los regimenes militares en América Latina. Y por igual se le puede considerar como un “sobreviviente,” cuando en varias ocasiones fue blanco de critica y hasta de intentos de destitución por varios comités congresionales. Su nombre, sin embargo, sigue en las noticias, y en mas recientes ocasiones por sus ‘diferencias de opinión’ con las administraciones Trump y Biden, y sobre todo en cuanto a la política hacia China, y en particular el manejo en lo referente a Taiwán, tema siempre de contención; enfatizando que tanto Estados Unidos como China deben sobrepasar sus diferencias y trazar estrategias que se acoplen a las realidades globales, y velando cada uno por sus propios intereses.

Durante la década de los setenta, en la cima de su popularidad, el nombre de Kissinger era frecuente de mención, y su foto aparecía casi a diario rodeado de las personalidades mas famosas e influyentes. En su étapa actual y avanzada edad, y a pesar de que aún le rodea la controversia, este viaje a China que acaba de concluir deja bien claro que Kissinger sigue siendo alguien “de peso,” y con cuya opinión, sobre todo en asuntos internacionales, hay que contar, y el que sigue manteniendo notable influencia global, sobre todo entre los lideres chinos.

Quizás si esta visita sea su ultima al coloso asiático pero, tratandose del aparentemente “indestructible” Henry Kissinger, uno realmente nunca sabe que sorpresa nos pudiese tener.