Por WILL WEISSERT
WASHINGTON (AP) — Una tensa campaña electoral que volvió a agravar las diferencias políticas en Estados Unidos y aumentó las dudas sobre su compromiso con un futuro democrático terminó el martes, y las principales contiendas del país significarán una prueba clave a la presidencia de Joe Biden.
Los demócratas temen que su control de la Cámara de Representantes se les esté escapando, y que su mayoría en el Senado, antes considerada más segura, se vea reducida. Los gobernadores del partido en estados como Wisconsin, Michigan y Nevada también enfrentaban desafíos republicanos serios.
Incluso Biden, quien planeaba ver el desarrollo de la jornada electoral desde la Casa Blanca, dijo la noche del lunes que pensaba que su partido conservaría el Senado, pero admitió que “la Cámara de Representantes es más difícil”. Cuando se le preguntó cómo sería su gobierno si eso pasa, declaró tajantemente: “Más difícil”.
Todos los escaños de la cámara baja estaban en juego, al igual que 34 bancas del Senado, con contiendas sumamente apretadas en Pensilvania, Georgia y Arizona. Además, 36 estados eligen gobernador y muchas de esas batallas podrían definirse por pequeños márgenes.
La elección podría tener un gran impacto en los próximos dos años de la presidencia de Biden. El control republicano siquiera de una de las cámaras del Congreso dejaría al presidente vulnerable a numerosas investigaciones sobre su familia y su gobierno mientras intenta defender sus logros políticos, incluyendo una enorme iniciativa de infraestructura con un importante paquete de gastos sociales y de salud.
Un envalentonado Partido Republicano también podría dificultar el aumento en el techo de la deuda y añadir restricciones al apoyo para Ucrania en la guerra con Rusia.
Los republicanos apostaron a que un mensaje centrado en la economía, los precios de la gasolina y la delincuencia movilizaría al electorado en un momento de inflación disparada y violencia en alza. También confiaban en que la indignación inicial por la decisión de la Corte Suprema de eliminar el derecho constitucional de las mujeres al aborto se haya disipado ya y que las elecciones de medio mandato se vuelvan una evaluación más tradicional del desempeño del presidente.
Los comicios “serán un referéndum sobre la incompetencia de este gobierno”, aseguró el representante republicano de Minnesota Tom Emmer, que lidera los esfuerzos republicanos por retomar la cámara baja.
Con las urnas abiertas en la mayor parte del país, no se registraron grandes problemas en la votación anticipada, aunque hubo los típicos contratiempos de la mayoría de las jornadas electorales. Las máquinas tabuladoras no funcionaron en un condado de Nueva Jersey. En Filadelfia, donde los demócratas cuentan con una fuerte participación en las elecciones clave, los ciudadanos se quejaron de haber sido rechazados cuando se presentaron en persona para tratar de arreglar problemas con sus votos emitidos previamente por correo. Sin embargo, los funcionarios dijeron que aún había tiempo para solucionar esos problemas el martes.
En el condado de Maricopa, en Arizona, que incluye a Phoenix, los funcionarios reportaron problemas con las máquinas tabuladoras en alrededor del 20% de los centros de votación. Hubo algunas instancias de largas filas, pero el incidente avivó la molestia y el escepticismo sobre la votación que han ido en aumento entre algunos republicanos desde que Biden ganó el estado por un pequeño margen.
“Podrían estar tratando de frenar un tsunami rojo”, dijo Kari Lake, la candidata republicana a la gubernatura del estado, “pero ahí viene”.
Si los republicanos tienen un resultado especialmente bueno y le arrebatan a los demócratas escaños en lugares como Nueva Hampshire y el estado de Washington, podría crecer la presión para que Biden no intente reelegirse en 2024. El expresidente Donald Trump, por su parte, podría intentar aprovechar los avances republicanos para presentar oficialmente otra campaña presidencial.
Al acudir a votar en Palm Beach, Florida, Trump pronosticó que los republicanos tendrían una “gran noche” el martes y que un evento que tiene programado para la próxima semana “sería muy emocionante para muchas personas”.
El expresidente ha respaldado a más de 300 candidatos en las elecciones de mitad de mandato y dijo que votó por el republicano Ron DeSantis, quien busca su segundo periodo como gobernador de Florida. DeSantis es considerado como la principal alternativa del Partido Republicano a Trump en caso de que se postule a la Casa Blanca en 2024, como se presume que pasará.
Las elecciones se celebran en un momento de inestabilidad en Estados Unidos, que salió este año de la peor parte de la pandemia del COVID-19 sólo para encontrar duros desafíos económicos. La Corte Suprema eliminó el derecho constitucional al aborto, incluyendo protecciones que llevaban cinco décadas en vigencia.
“El pueblo reconoce que se les quitó esta libertad fundamental”, dijo Alexis McGill Johnson, presidenta de Planned Parenthood Federation of America.
“Lo ven como un tema económico, un tema de salud, de libertad”, añadió. “Y están indignados”.
Y en la primera elección nacional desde la insurrección del 6 de enero de 2021 en el Capitolio federal, el futuro democrático del país se ve en duda. Se esperaba que algunas de las personas que participaron o estaban en los alrededores del letal ataque obtuvieran el martes cargos de elección popular, incluso en la Cámara de Representantes. Lake, la candidata a la gubernatura de Arizona y algunos aspirantes republicanos al cargo de secretario de estado en su entidad y lugares como Nevada y Michigan, se han negado a aceptar los resultados de las elecciones presidenciales de 2020.
Eso podría dejarlos como encargados de gestionar votaciones futuras en estados a menudo decisivos en las elecciones presidenciales.
Salvo raras excepciones, el partido del presidente tradicionalmente pierde escaños en su primera elección de medio mandato. La baja aprobación de Biden hizo que muchos demócratas en votaciones ajustadas fueran renuentes a presentarse a su lado.
Apenas el 43% de los adultos estadounidenses ha dicho que aprueba la gestión de Biden como presidente, según un sondeo en octubre de The Associated Press-NORC Center for Public Affairs Research. En el mismo sondeo, apenas el 25% dijo en su momento que el país iba en buena dirección.
Sin embargo, los aliados de Biden han expresado su esperanza de que los votantes rechacen a los republicanos, que han contribuido a un entorno político polarizado.
Kevin Tolbert, trabajador en derecho laboral de 49 años y residente en Southfield, Michigan señaló que “es algo que debe protegerse, y lo protegemos votando y saliendo y apoyando a nuestro país”.
“Estamos en un espacio frágil. Creo que es muy importante que lo protejamos, porque podríamos terminar como algunas de las cosas que vimos en el pasado, dictadores y eso”, añadió. “No necesitamos eso”.
Michael Dupigny, un hombre de 83 años residente de Washington, no esperaba problemas, pero fue a votar en persona, señalando que quería “ver qué estaba pasando, con las máquinas, con la gente, para ver que todo esté funcionando bien en el centro de votación”.
Autoridades electorales y estatales y el propio secretario de Justicia de Trump han dicho que no hay pruebas creíbles de que las elecciones de 2020 hayan sido amañadas. Las acusaciones de fraude del expresidente también fueron rechazadas de forma contundente en los tribunales, incluso por jueces nombrados por Trump. Pero las divisiones políticas que se han cocinado a fuego lento durante dos años no podían verse en cualquier parte el martes.
Barbara Brown, de 76 años, votó el martes en Chestertown, Maryland, al este de la capital estatal Annapolis, y dijo que vio a candidatos de ambos partidos hombro con hombro, sosteniendo sus pancartas de campaña, “riendo y hablando. Quedé anonadada”.
Brown destacó que se trataba de candidatos locales mostrando cortesía política. “Pero me conformo con eso”.