CALEXICO, California, EE.UU. (AP) — La última parada del doctor Tien Vo, ya casi de noche, es en la casa de una mujer de 35 años que padece diabetes, asma, artritis reumatoidea y, ahora, el coronavirus. El COVID-19 había matado a su padre hacía seis días. Su hijo de 15 años se enteró esa mañana de que él también se había contagiado.

Sentada en una silla reclinable junto a su cama y usando oxígeno, Cynthia Reyes le cuenta al médico que ya no puede pararse sola.

“Me falta el aire. Me toma mucho tiempo llegar al baño. Siento que me voy a desmayar”, dice la mujer.

Vo, quien se comunica con Reyes a través de mensajes de texto varias veces al día y habla con ella por teléfono casi a diario, la escucha y asiente.

“He hecho todo lo que puedo. Pero, a veces, eso no es suficiente”, comenta Vo al salir de la casa.

Reyes vive en el Imperial County de California, un condado agrícola en la frontera con México a menudo olvidado. Hasta hace poco tenía la tasa de infecciones de coronavirus más alta del estado y sus dos hospitales estaban desbordados. La mayor parte de la población del condado es hispana y pobre, un sector que es afectado de una forma desproporcionada por el virus.

Vo es “una estrella del rock” que atiende a los necesitados, según Alex Cárdenas, exalcalde de El Centro, la sede administrativa del condado. Las dos clínicas del médico han hecho más de 27.000 pruebas de coronavirus desde el 23 de marzo y entre el 25% y el 30% han dado positivo.

Vo y su esposa, quien es enfermera, emigraron de Vietnam siendo adolescentes. Llegaron a Nueva York y de allí se mudaron al oeste. Hace diez años se instalaron en el Imperial County, que produce muchos de los vegetales que se venden en los supermercados estadounidenses durante el invierno.

Vo, de 43 años, dice que se quedó porque la gente es amable y agradecida. Nota su felicidad cuando lo reciben.

“Aquí hace mucha falta un médico”, expresó desde el asiento de una camioneta de la empresa entre visita y visita. “No es difícil complacerlos. Conversan conmigo. Me mandan mensajes de texto todos los días”.

Hasta ahora el Imperial County ha tenido más de 5.200 casos por cada 100.000 habitantes, casi el triple que el Los Ángeles County, el condado más grande del país. Casi el 20% de los pacientes del Imperial han dado positivo, comparado con la tasa del 6,3% del estado.

Ha habido 220 muertes en un condado con 180.000 residentes. San Francisco tienen cinco veces esa población y solo un tercio de las muertes que hubo en el Imperial.