Esto supone un proceso de adaptación para padres e hijos.

Ya no es un niño. Ahora se prepara para la universidad y comenzar a encaminarse hacia otra etapa de su vida en la que pesarán más las responsabilidades.

Para muchos padres, esta transición puede estar cargada de inquietudes ante los retos y realidades que le esperan a quien hasta hace poco ayudaban con las tareas escolares.

La psicóloga Noemí Bernier menciona que para algunos padres y madres, “asimilar que ya será un futuro universitario” puede llevar a experimentar la negación. “Les cuesta creer que ya hay que soltarlo de la mano, porque ahora les toca vivir por ellos mismos nuevas experiencias”.

¿Qué hacer para ayudarlos en el proceso? “El crecimiento de los hijos va cambiando de una etapa a otra y si los padres no van educándose o preparándose para el momento en que dejan de ser niños para convertirse en adultos será más difícil el proceso de aceptación”, advierte la doctora. “Lo primordial es educarse, comenzar desde temprana edad a conocer cuáles son las herramientas que los hijos necesitan para que su vida universitaria sea exitosa y a la misma vez conocer las que como padres necesitamos para manejar dicha transición”.

En la etapa universitaria, “la mejor forma de involucrarse es apoyando cuando ellos lo necesiten”, señala Bernier, “dejando la comunicación abierta, respetando las decisiones que van tomando. Sin embargo, hay que fomentar mayor autonomía y responsabilidad”.

Cómo los puedes ayudar

La psicóloga Noemí Bernier comparte los consejos a continuación:

– Los padres deben reflejar una actitud motivadora, amorosa y positiva. Esto les brindará seguridad y confianza, disminuyendo la ansiedad y temores para todos.

– Muéstrate disponible para ayudar si es necesario, aconsejando, escuchando y apoyando en las nuevas decisiones de tus hijos.

– Como papá o mamá, puedes ayudar con algunos gastos, pero a la misma vez se le debe aconsejar que comience a asumir cierta responsabilidad económica y que sepa hacer presupuesto para administrarlo lo mejor posible. Incluso, puede adquirir algún empleo que le permita comenzar a ganar su dinero. Darlo todo sin que pase algún trabajo no ayuda al desarrollo de independencia.

– Estimula la autodisciplina, ya que son ellos los que deben organizar su tiempo para estudiar y aprender a cumplir con todas las responsabilidades, sin la intervención de los padres.

– Siempre mantente contacto… pero sin agobiarlo.

– Si se hospeda fuera del hogar, coordina visitas -en vez de aparecerte por sorpresa- para comenzar a respetar su autonomía.

– La mejor manera de bajar los niveles de inseguridad es brindándole confianza y seguridad. Ser muy positivos y apoyarlos en todo, para que vayan asumiendo responsabilidades. Si en el proceso le transmitimos nuestros miedos y preocupaciones, ellos mismos van a dudar de que tienen la capacidad de afrontar nuevos retos.