DENVER, Colorado, — Según la AP, Milagros Sotelo estaba esperando viajar de Perú a Tennessee para comenzar su trabajo en el centro de esquí de Ober Gatlinburg en el invierno. La estudiante de 22 años trabajó allí las dos últimas temporadas en la tienda de alquiler de equipo de ese centro situado en las Smoky Mountains y estaba entusiasmada por reencontrarse con amigos, practicar el inglés y tomarse una pausa de sus estudios de derecho en Lima, donde vive.

Pero el 22 de junio, el presidente estadounidense Donald Trump firmó una orden ejecutiva que prohíbe temporalmente la emisión de ciertas visas a trabajadores extranjeros, incluyendo las visas J-1 expedidas con frecuencia a estudiantes sudamericanos que viajan a Norteamérica en sus vacaciones de verano. Los planes de Sotelo quedaron en suspenso y ahora ella está tratando de encontrar un trabajo en otro lado.

Mientras los centros de esquí tratan de encontrar formas de operar de manera segura durante la pandemia, requiriendo mascarillas, implementando las directrices de distanciamiento social en las filas para los elevadores y eliminando el servicio de cena en restaurantes, el decreto de Trump ha añadido otro obstáculo cuando se acerca el invierno: la contratación de suficientes trabajadores temporales para cubrir posiciones clave, como operar los elevadores, servir comida y limpiar habitaciones.

Trump argumentó que los extranjeros representaban un riesgo para los trabajadores estadounidenses en momentos en que el país busca reabrir su economía.

“Los trabajadores estadounidenses compiten con los extranjeros por empleos en todos los sectores de nuestra economía, incluyendo millones de extranjeros que entran al país para realizar trabajos temporales”, dice la orden, que tiene fecha de expiración al final de año.

Pero Sotelo dice que hay suficientes empleos, especialmente en los centros de esquí y sus alrededores.

Muchos líderes de la industria concuerdan, diciendo que incluso con la orden de Trump en vigor es difícil cubrir los puestos temporales con trabajadores estadounidenses.

“Una gran parte de la razón — y eso es aplicable incluso durante el COVID — es que la mayoría de los estadounidenses quieren un empleo para todo el año. No quieren un empleo de tipo temporal”, dijo Dave Byrd, director de riesgos y asuntos regulatorios de la Asociación Nacional de Áreas de Esquí.

Byrd dijo que entre 7.000 y 8.000 trabajadores con visas J-1 cubren empleos en muchas de las 470 áreas de esquí en el país cada invierno. Otros 1.000-2.000 vienen a los centros de esquí en Estados Unidos con visas H-2B, que también están prohibidas por la orden de Trump. En total, los trabajadores extranjeros temporales forman de 5% a 10% de la fuerza laboral de los centros de esquí estadounidenses, de acuerdo con Byrd, que la califica como “una cantidad crucial”.