Por JOSH BOAK

Ante un reporte potencialmente adverso esta semana sobre la salud general de la economía de Estados Unidos, el presidente Joe Biden quiere convencer a una ciudadanía escéptica de que el país no se dirige, de hecho, a una recesión.

El Departamento de Comercio publicará el jueves las cifras más recientes del producto interno bruto. Los pronósticos más importantes, como el GDPNow de la Reserva Federal de Atlanta, esperan que la cifra será negativa por segundo trimestre consecutivo, una posible señal de que el país ha caído en una recesión. El tema es un material político jugoso para los republicanos en este año electoral.

Actuando de manera preventiva, el gobierno de Biden está diciéndole a los votantes que no juzguen la economía solamente por el PIB o la inflación. Le ha pedido a la gente que tenga en cuenta los avances laborales, la producción industrial y otras medidas que apuntan hacia un crecimiento continuo, pero las encuestas muestran que los estadounidenses están pesimistas sobre la economía y hacia el propio Biden. El mandatario sostiene que la economía norteamericana únicamente está pasando por un periodo de enfriamiento después de una fuerte recuperación de la recesión de 2020 causada por la pandemia de coronavirus.

El fantasma de una recesión podría empeorar lo que ya parece una sombría ronda de elecciones intermedias este noviembre, en las que los demócratas de Biden posiblemente podrían perder el control de la Cámara de Representantes y el Senado.

“Los republicanos dirán que dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo significan recesión”, comentó Michael Strain, director de estudios de política económica en el American Enterprise Institute, un centro de estudios de centroderecha. “Y habrá demócratas haciendo este tipo de argumento difícil de defender de que no estamos en recesión, pero que sí, nos estamos desacelerando. Si yo tuviera que apostar, diría que el argumento republicano tendrá más fuerza”, agregó.

Una encuesta realizada en julio por de The Associated Press-NORC Center for Public Affairs Research reveló que el 83% de los ciudadanos creen que Estados Unidos va en la dirección equivocada. Eso es un cambio brusco con respecto a mayo de 2021, cuando el 54% dijo que el país iba en la dirección correcta, un nivel de aprobación que se sumó al aumento en las vacunaciones contra el COVID-19 y los pagos provenientes del paquete de ayuda pandémica de 1,9 billones de dólares de Biden.

Por otra parte, el índice de confianza del consumidor de la Universidad de Michigan es más bajo ahora que durante los peores meses de la crisis financiera de 2008, una recesión épica que involucró la caída de los mercados inmobiliario y bursátil y requirió una inyección masiva de ayuda gubernamental.