Baño de gérmenes a recién nacidos: Avance científico que surge de un proyecto piloto iniciado en la UPR
WASHINGTON. Compartir bacterias en un quirófano suele ser inconcebible, pero en un experimento original los investigadores están dando a los bebés nacidos con cesárea una dosis de gérmenes presumiblemente protectores del conducto natal de sus madres.
Por lo general, un nacimiento vaginal significa la primera exposición del recién nacido a las bacterias, pero los bebés nacidos con cesárea se los pierden, algo que muchos científicos creen puede tener consecuencias más adelante en su vida.
Compartimos nuestros organismos con microbios —en la piel, la boca, las entrañas— que nos ayudan a mantenernos saludables, una comunidad de microbios —microbioma— que comienza a formarse desde el nacimiento.
Como fruto de un estudio que se inició en la Universidad de Puerto Rico, el lunes los investigadores reportaron el primer indicio de que es posible reponer al menos parcialmente los microbios maternos a los bebés nacidos quirúrgicamente, mediante el sencillo procedimiento de rociar a los infantes el fluido vaginal materno dentro de los dos minutos del nacimiento.
“Lo que vamos a demostrar es cómo los bebés ensamblan su microbioma”, afirmó la microbióloga María Gloria Domínguez Bello de la New York University, que dirigió el estudio piloto publicado en la revista Nature Medicine.
Pero se necesitan muchas más investigaciones para determinar si la técnica funciona realmente, o si reporta un beneficio a la salud del bebé.
Este primer intento por manipular los microbios del nacimiento fue muy reducido, ya que comparó siete niños de parto vaginal con 11 de parto con cesárea, cuatro de los cuales recibieron esa dosis de bacterias maternas. En el mes siguiente, los investigadores tomaron más de 1,500 muestras de distintas partes del cuerpo para determinar cómo se desarrollaba el microbioma de los infantes.
Los bebés nacidos con cesárea y expuestos a las bacterias maternas desarrollaron microbiomas más similares a los nacidos por parto vaginal que a los otros bebés nacidos con cesárea, informó Domínguez Bello. En particular, los bebés expuestos presentaban mayor cantidad de dos especies de bacterias -Lactobacillus y Bacteroides- que se supone desempeñan un papel en el entrenamiento del sistema inmunológico y que estaban prácticamente ausentes en los niños con cesárea no expuestos.
El principal interrogante es si esa diferencia se traduce en una salud mejor años después en el desarrollo evolutivo. Por ejemplo, estudios previos sugirieron que los bebés nacidos con cesárea tienen mayor riesgo de contraer asma, alergias y otras afecciones y no se sabe por qué.
Domínguez Bello inició el estudio piloto en la Universidad de Puerto Rico y ahora lo expandió en la New York University, donde se han inscrito 84 bebés cuyo microbioma será examinado durante un año y ya tiene 13,000 muestras a la espera de ser analizadas si consigue la financiación.