Por EVA VERGARA

SANTIAGO (AP) — La comitiva de la ministra del Interior chilena Izquia Siches fue amedrentada el martes por balazos al aire disparados por desconocidos que obligaron a suspender una visita a una conflictiva comunidad indígena del sur chileno, donde las demandas territoriales de los indígenas mapuches se mezclan con atentados violentos.

Este fue el primer intento del recién instalado gobierno del presidente Gabriel Boric de acercarse a las comunidades indígenas, gremios y víctimas de la violencia en las regiones de La Araucanía y el Biobío que llevan décadas.

Ambas regiones están bajo un estado de emergencia impuesto por el expresidente Sebastián Piñera que permite que unos 2.000 militares apoyen la labor policial, desbordada por la violencia, y que Boric anticipó que no renovará para privilegiar el diálogo.

“Lo que ocurre acá es violencia, pero también es falta de Estado, ausencia de un Estado decidido”, dijo Siches horas después del hecho en una rueda de prensa en Temuco, 700 kilómetros al sur de la capital chilena. “Esta no va a ser nuestra última visita”, advirtió.

Agregó que “aquellos grupos que esperan que la violencia impere… que están en el narcotráfico, en el robo de madera, en conjunto como país los vamos a enfrentar”. Además, destacó “la importancia de tener una Comisión de Verdad, Justicia y Reparación para todas las víctimas (mapuches y no mapuches)… porque aquí la ausencia del Estado ha dejado a muchos en el camino y necesitamos reparar este camino de violencia y reencontrarnos en la paz”.

La vocera del gobierno, la ministra Camila Vallejo, dijo tras el ataque que el itinerario de Siches en la región va a continuar y agregó que sabían que la vía del diálogo elegida por el gobierno “es un camino que iba a ser difícil”.

Insistió en que el gobierno de Boric no renovará el estado de excepción que muchos habitantes de La Araucanía quieren que se mantenga, según encuestas de alcaldes de la zona.

El amedrentamiento se registró en las primeras horas de una visita de Siches y otros ministros a La Araucanía en la que tenía previsto encuentros con los diversos actores involucrados en un conflicto que se traduce en ataques incendiarios a camiones y maquinarias de empresas forestales y de dueños de tierras. La ministra era guiada hacia la comuna de Temucuicui, unos 690 kilómetros al sur de Santiago, por Marcelo Catrillanca, cuyo hijo Camilo fue asesinado por un disparo de la policía en noviembre de 2018.

Tras el amedrentamiento Catrillanca calificó la visita de Siches de “muy improvisada”.

Más tarde el alcalde de Ercilla, Valentín Vidal, confirmó que Siches y Catrillanca se reunieron en privado en la sede municipal, mientras el gobernador de La Araucanía, Luciano Rivas, dijo que “esto que vivió la ministra es lo que viven a diario muchos agricultores”.

Temucuicui es una aldea a la que no se puede ingresar sin permiso. En 2021 hubo dos intentos fallidos de la Policía de Investigaciones de allanar el lugar y a comienzos del mismo año hubo un decomiso de unas 1.000 plantas de marihuana en el que un agente policial fue asesinado. En 2017 la comunidad se negó a ser censada.

Las demandas territoriales y la violencia es uno de los principales problemas que enfrenta Boric, además de una inmigración descontrolada a través de pasos fronterizos ilegales en el norte. Horas después de asumir el mandatario dijo que lo que hay en el sur “es el conflicto entre el Estado chileno y un pueblo que tiene derecho a existir. Allí la solución no es ni será la violencia”.

Los mapuches son uno de los pueblos originarios chilenos que combatieron a los conquistadores españoles, aunque en el siglo XIX fueron reducidos por las armas del Estado de Chile que los empujó a tierras del sur de las que luego se apropiaron forestales y latifundistas.