San José— Un húngaro de apellido Halasz, capturado en Costa Rica en julio pasado, era el cabecilla de una banda de narcotraficantes que enviaba droga a México por tierra y que utilizaba azafatas para movilizar grandes sumas de dinero, informó ayer una fuente oficial.
El Ministerio de Seguridad indicó en un comunicado que el pasado fin de semana realizó dos allanamientos a la casa del húngaro y a una bodega, en la que los oficiales decomisaron diez kilos de cocaína, un vehículo y cerca de 6 mil dólares.
Las investigaciones indican que el húngaro sería el cabecilla de una banda de narcotraficantes que enviaba cocaína desde Costa Rica hacia México oculta en compartimentos secretos de vehículos y que empleaba azafatas mexicanas para movilizar el pago en efectivo hacia el país centroamericano. El Ministerio de Seguridad afirmó que este caso se investiga desde septiembre del 2012, cuando la policía detuvo en San José a un costarricense de apellido Blanco Evans con 165 mil dólares en efectivo.
El 3 de julio de 2013, las autoridades costarricenses arrestaron en las afueras del Aeropuerto Internacional Juan Santamaría a una azafata mexicana de apellido Rodríguez, quien llevaba adheridos a su cuerpo rollos de dinero por un total de 160 mil dólares.
Luego, el 8 de julio, la policía detuvo al húngaro Halasz junto a un costarricense de apellido Otárola Campos, quienes portaban 10 kilos de cocaína en el vehículo en el que se movilizaban en la localidad de Villa Bonita, provincia de Alajuela, en el centro del país.
Los allanamientos realizados el pasado fin de semana permitieron contar con más evidencia para este caso, según las autoridades.
Los miembros de la banda enfrentan cargos por tráfico internacional de drogas y legitimación de capitales, delitos que en Costa Rica se castigan con un máximo de 20 años de cárcel cada uno.