La estimulación del cordón espinal ayuda a calmar el dolor sin la necesidad de medicamentos.

Tratar el dolor con medicamentos es una de las prácticas más comunes en la medicina. Sin embargo, existen alternativas para aliviarlo sin la necesidad de fármacos ni los efectos secundarios asociados con su uso y abuso.

Una de estas técnicas para el manejo de dolor crónico es la estimulación del cordón espinal, que además contribuye a restablecer la calidad de vida de los pacientes.

Para conocer su funcionamiento, el doctor Eduardo Ibarra primero explica el proceso que te lleva a sentir dolor.

La experiencia sensorial del dolor es “una percepción de la corteza cerebral y llega a esa corteza a través de unos caminos que se llaman el sistema nervioso”, aclara el médico.

sistema nervioso tiene varios pasos que se llaman la neurona de primer orden, la neurona de segundo orden y la neurona de tercer orden”, explica el especialista en manejo de dolor. “Tenemos millones de neuronas que captan si, por ejemplo, me doy un golpe en la rodilla”. La de primer orden “es la que está en la periferia, que capta los diferentes impulsos o estímulos que produce el dolor y envía un impulso al cordón espinal, y ese cordón espinal envía su mensaje a una segunda neurona, que a su vez, va a un lugar del cerebro que se llama el tálamo, y una neurona de tercer orden envía el mensaje al cerebro y este dice ‘estoy teniendo un trauma en la rodilla derecha’, e inmediatamente ordena al cuerpo moverla del lugar donde está siendo traumatizada, como mecanismo de defensa”.

Por qué prestar atención

Existen medicamentos para aliviar el dolor que interrumpen algunos de estos pasos de transmisión, como los analgésicos comunes (acetaminofén, naproxeno, ibuprofeno, entre otros). A estos se añaden los que actúan directamente en la corteza cerebral, como los opioides (oxicodona, hidrocodona, fentanilo, morfina y tramadol, por ejemplo), que reducen en gran medida las señales de dolor. Pero también, abren la posibilidad a la adicción.

Por otro lado, Ibarra plantea que aunque la definición de dolor más aceptada es clasificarlo como síntoma, “en ciertos casos ya no es la manifestación subjetiva de una enfermedad, sino que se convierte en la enfermedad per sé”, lo que puede tornarse altamente incapacitante y afectar no solo el aspecto físico del paciente, sino también el emocional. Esto le da mayor relevancia a contar con más alternativas como tratamiento que no impliquen el uso de fármacos.

¿Cómo puede ayudar la estimulación del cordón espinal? A continuación, el doctor explica más detalles sobre los beneficios de esta tecnología.

¿Qué es?

La neuromodulación es un tratamiento que utiliza corriente eléctrica para interrumpir el mensaje de dolor.

¿Cómo funciona?

El médico menciona que “las neuronas que llevan el mensaje al cerebro son tres. Si en algún punto intermedio tú puedes interrumpir ese mensaje, logras que el paciente no perciba dolor o que lo perciba de forma mínima”.

¿En qué consiste?

Se implantan unos electrodos dentro del cordón espinal, que van a emitir un impulso eléctrico que, a su vez, va a interrumpir el impulso eléctrico que lleva el mensaje de dolor al cerebro.

Como parte del funcionamiento, los electrodos se conectan a una batería también implantada dentro del cuerpo. Las baterías duran cerca de 10 años y se pueden recargar desde el exterior.

La cirugía es ambulatoria. Son dos heridas del tamaño de dos pulgadas cada una.

Al paciente se le da un aparato similar a un control remoto para graduar la intensidad de la corriente eléctrica.

general, periódicamente hay que reprogramar el sistema usando computadoras externas para que el paciente sienta la corriente en el área que desea.

El seguimiento con el doctor suele ser de cada dos a tres meses.

¿Quiénes pueden beneficiarse?

Al paciente se le realiza una serie de pruebas para saber qué tipo de dolor sufre, entre otros aspectos a considerar. Según el médico, esta tecnología ha demostrado científicamente proporcionar un alivio significativo en condiciones de dolor crónico como la neuropatía diabética, el síndrome del miembro fantasma (de un miembro amputado) y el síndrome de post-laminectomía (que se manifiesta en la espalda), entre otros.

Sin embargo, Ibarra aclara que esta tecnología no está dirigida para condiciones de dolor generalizado como el caso de la fibromialgia, por ejemplo.

Efectos secundarios

El médico enfatiza que la neuromodulación “es quizás la única o de los pocos tratamientos que se le pueden dar a un ser humano cuyas reacciones secundarias son cero”, siempre que el tratamiento sea realizado por un profesional capacitado.

No es lo mismo

Una duda común es, ¿y si se trata de un dolor que pone en riesgo la vida, también lo suprime? La respuesta es no, aclara el médico. “Generalmente, ese tipo de dolor va a manifestarse aún con las interrupciones del neuromodulador porque son millones y millones de células que están enviando el mensaje, y cuando se intensifica, como por ejemplo, en el caso de un apéndice inflamado, van a salir millones y millones de mensajes por muchas vías y no vas a poder interrumpirlas todas”.