Distrito Federal— La Cámara de Diputados aprobó modificaciones a su reglamento interno para restringir la labor de los cabilderos en San Lázaro y prohibir que los legisladores reciban “dádivas” –ya sea en especie o efectivo– por parte de los negociadores de empresas privadas para influir en las decisiones legislativas.
El dictamen –que fue aprobado por unanimidad con 457 votos– también va contra el tráfico de influencias y establece que ningún familiar de los diputados –hasta en cuarto grado– ni su personal de apoyo podrán realizar trabajo de cabildeo en San Lázaro, lo que incluye a padres, hijos, hermanos, abuelos, nietos, tíos, e inclusive primos.
Esta aprobación se da después de que el lunes pasado El Universal informó que la firma de auditores PricewaterhouseCoopers (PwC) cobra hasta un millón de dólares por modificar cada uno de los artículos de la reforma fiscal.
Ahora, con las modificaciones, se limitará a 20 personas los cabilderos acreditados en cada una de las comisiones legislativas. También, cada persona moral sólo podrá registrar a dos integrantes de su institución para realizar “negociaciones” con los legisladores.
En el reglamento de la Cámara sólo se podía realizar un registro de cabilderos que desearan tener encuentros con legisladores, pero no había restricciones para el número de cabilderos por comisión.
En este mismo ordenamiento aprobado se establece que los legisladores y su personal de apoyo se abstendrán de hacer recomendaciones que equivalgan al cabildeo, cuando obtengan beneficio económico o en especie para sí o para su cónyuge o parientes consanguíneos o por afinidad hasta en cuarto grado.
Aun cuando la oposición sorteó los obstáculos puso el PRI para postergar la ley para regular el cabildeo en la Cámara de Diputados, el dictamen aprobado ayer fue descafeínado.
Los acuerdos no incluyen ni la transparencia para conocer los gastos del cabildero ni los candados para que un ex funcionario público esté impedido de fungir como lobbista dos años después de terminado su encargo.
Aun cuando la oposición sorteó los obstáculos puso el PRI para postergar la ley para regular el cabildeo en la Cámara de Diputados, el dictamen aprobado ayer quedó descafeinado.
Los acuerdos no incluyen ni la transparencia para conocer los gastos del cabildero ni los candados para que un ex funcionario público esté impedido de fungir como lobbista dos años después de terminado su encargo.
Su promotora, la diputada Movimiento Ciudadano Merilyn Gómez Pozos, reconoció que el dictamen perdió fuerza en el apartado que pedía a los cabilderos comprobar sus gastos.
“Para saber si hay una cantidad fuerte de dinero que no sepamos, o si, a lo mejor, se le dio un regalo a un diputado y si eso pudiera provocar corrupción”.
Lo mismo para el caso del que ejerció como funcionario público y que, conforme a la propuesta original, no se podría desempeñar como cabildero sino hasta dos años después.
Ricardo Monreal, coordinador de la bancada de MC, descalificó el dictamen aprobado.
“Esta reforma fue cercenada y, por tanto, es una reforma mocha, light, insuficiente y descafeinada. Es escandaloso que haya cabilderos que ofrezcan un millón de dólares por cada artículo modificado, pero más escandaloso es que haya quienes lo acepten”, reprochó el zacatecano.
El cabildeo
El Reglamento de la Cámara de Diputados define cabildeo a “toda actividad que se haga ante cualquier diputado, diputada, órgano o autoridad de la Cámara, en lo individual o en conjunto, para obtener una resolución o acuerdo favorable a los intereses propios o de terceros”.
Además, “cabildero” es “el individuo ajeno a esta Cámara que represente a una persona física, organismo privado o social, que realice actividades (…) y por el cual obtenga un beneficio material o económico”.
El dictamen aprobado entrará en vigor inmediatamente que sea publicado, pues solamente reformó el reglamento de la Cámara de Diputados y no necesita el aval de algún otro poder.