EL CAIRO — De acuerdo a la Prensa Asociada, el presidente palestino, Mahmoud Abbas, amenazó el sábado con cortar los lazos de seguridad con Israel y Estados Unidos, durante un largo discurso pronunciado en una reunión de la Liga Árabe en la capital de Egipto que denunció el reciente plan de la Casa Blanca para poner fin al conflicto israelí-palestino.
El plan de Estados Unidos otorgaría a los palestinos una autonomía limitada en partes de la Cisjordania ocupada, al tiempo que permitiría a Israel anexar todos sus asentamientos allí y mantener casi todo el este de Jerusalén.
La cumbre de ministros de Asuntos Exteriores árabes en El Cairo fue solicitada por los palestinos, quienes respondieron molestos a la propuesta estadounidense.
Abbas aseguró que le dijo a Israel y a Estados Unidos que “no habrá relaciones con ellos, incluidos los lazos de seguridad” luego de anunciarse el acuerdo que los palestinos dicen que favorece en gran medida a Israel.
No hubo comentarios inmediatos de funcionarios estadounidenses ni israelíes.
El líder palestino dijo que se había negado a atender las llamadas telefónicas y los mensajes del presidente estadounidense Donald Trump “porque sé que usaría eso para decir que nos consultó”.
“Nunca aceptaré esta solución”, dijo Abbas. “No haré constar en mis antecedentes que he vendido Jerusalén”.
Dijo que los palestinos siguen comprometidos a terminar con la ocupación israelí y establecer un estado con su capital en el este de Jerusalén.
Abbas dijo que los palestinos no aceptarían a Estados Unidos como único mediador en cualquier negociación con Israel. Dijo que irán al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y otras organizaciones mundiales y regionales para “explicar nuestra posición”.
Jordania y Egipto son los dos únicos países árabes que tienen tratados de paz con Israel.
En una declaración, Egipto instó a israelíes y palestinos a “estudiar cuidadosamente” el plan de la Casa Blanca. Dijo que favorece una solución que restablezca todos los “derechos legítimos” del pueblo palestino mediante el establecimiento de un “estado independiente y soberano en los territorios palestinos ocupados”.
La declaración egipcia no mencionó la añeja demanda árabe del este de Jerusalén como capital del futuro estado palestino, como ocurre generalmente cuando El Cairo menciona en sus declaraciones al conflicto palestino-israelí.
Mientras tanto, Jordania advirtió contra cualquier “anexión israelí de tierras palestinas” y reafirmó su compromiso con la creación de un estado palestino en las fronteras de 1967, que incluiría toda Cisjordania y Jerusalén Oriental anexionada por Israel.