A casi una semana de conocerse que parte del multimillonario premio del Powerball recayó en una persona que compró el boleto en una gasolinera del barrio Cotto Laurel, en Ponce, ningún ciudadano ha acudido a las oficinas de la Lotería de Puerto Rico a reclamar el premio, confirmó la portavoz de prensa, Enid Rodríguez.
El agraciado tiene 180 días, o lo que equivale a alrededor de seis meses, para hacer las gestiones y que se le entregue el dinero ganado.
El sorteo del Powerball que dejó a un boricua multimillonario ocurrió el pasado miércoles, cuando el pote alcanzaba $564.1 millones, el tercero más grande en la historia.
El agraciado compartirá la suma con otros dos ganadores de Texas y Carolina del Norte. A cada uno le corresponde $188,033,000, sin contar con las deducciones por concepto de contribución del estado.
Este golpe de suerte a un boricua, que hasta ahora es desconocido, ha provocado controversias tanto en la comunidad de Cotto Laurel como en los Estados Unidos.
Por un lado, El Nuevo Día reportó que familias de Ponce temen por su seguridad, porque les achacan haber ganado el premio.
La madre de una de las familias que se señala como supuesta ganadora del multimillonario premio, Gladys Santiago, reveló que hasta teme por la seguridad por el falso rumor que se ha regado.
“Los mismos familiares de nosotros se han puesto de mal humor, porque piensan que es que nosotros no queremos compartir el dinero”, dijo.
Mientras, en Estados Unidos se ha generado una ola de comentarios que denotan racismo contra los boricuas.
“Es completamente indignante que alguien de Puerto Rico gane el Powerball, ¡Pensé que esto era América!”, lee el mensaje de un usuario de las redes sociales llamado Colin Ryan.
“Si Puerto Rico es demasiado bueno para ser estado, ello no merecen ganar nuestro Powerball”, afirmó otro usuario.