Entre sollozos, el padrastro de Yexeira Torres Pacheco narró esta mañana las gestiones que realizó para buscar a la joven de 23 años, que desapareció en octubre del 2011.
En el sexto día del juicio que se sigue contra Roberto Quiñones Rivera, por supuestamente matar y desaparecer el cuerpo de la bailarina, Israel Serrano Colón explicó hoy que unos días después de perder contacto con Yexeira entró a la residencia que la muchacha alquilaba en Carolina junto al acusado.
Dirigido por las preguntas de la fiscal Alma Méndez Ríos, indicó que en la casa, que ubicaba en una urbanización cuyo nombre olvidó, encontraron una filtración de agua que amenazaba con extenderse a los cuartos.
La filtración se encontraba en el cuarto de lavandería.
El electricista, de 49 años, contó que en ese cuarto de la lavadora observó una gota de sangre. En ese momento, la lavadora que pertenecía al acusado, no estaba en el lugar.
“Yo le mentí a Iris (Pacheco Calderón). Le dije que parecía pintura para no ponerla mal, pero yo sabía que era sangre”, afirmó el hombre, quien se secaba las lágrimas con un papel toalla blanco.
Ante el juez Francisco Borelli Irizarry, del Tribunal de Carolina, también contó que visitó El Yunque y otros lugares donde pensó que se podían lanzar cuerpos.
“(Fui a) donde pudo haberme tirado la nena Roberto”, apuntó a preguntas de Méndez Ríos, quien representa al Ministerio Público junto a la fiscal Sonia Polanco Viera.
El hombre, que administró la tienda de Yexeira, Candela Urban Wear, afirmó que Yexeira y Roberto se la pasaban pelando y discutiendo, pero solo pudo identificar un incidente de pelea donde el hombre escondió el celular de la bailarina mientras hacían una compra.
Contó que ante la desesperación de su hija, Iris Pacheco Calderón confrontó al acusado diciéndole que lo que se quería no se maltrataba.
El testigo y Pacheco Calderón sostuvieron una relación de pareja de 12 años.
Quiñones Rivera, según el testigo, respondió que “a las personas para que aprendan hay que maltratarlas y darle fuete”.
Como Pacheco Calderón, el tercer testigo de cargo, repasó los días antes de la desaparición de Yexeira como los días en que pernoctó en su tienda porque necesitaba tiempo para pensar sobre su relación con el acusado.
También mencionó la llamada que Quiñones Rivera realizó a Pacheco Calderón el 30 de octubre de 2011 y en la cual él también logró hablar con el hombre.
“Robert me dijo ‘¿y qué harías si tu pareja o tu mujer te faltara el respeto?’ No le contesté a él. Yo le preguntaba dónde está la nena”, indicó en la sala 203, que se encontraba casi vacía esta mañana.
Después de esta llamada, en la cual Quiñones Rivera indicó que se marchaba hacia Chicago, Calderón Pacheco y Serrano Colón presentaron una querella para reportar a Yexeira como persona desaparecida.
Durante el testimonio del hombre surgió el tema de la operación de cordales de Yexeira y su condición después de la cirugía, un tema que trascendió en el testimonio de Pacheco Calderón.
Ambos declararon que Yexeira salió bien de la cirugía. La mamá también declaró que no sangró después del procedimiento.
El asunto de la sangre podría ser importante porque, según el Ministerio Público, en la guagua de Quiñones Rivera apareció sangre de la bailarina.
En su teoría, la fiscal Méndez Ríos también postuló que Yexeira se desangró en el asiento del parejo y luego arrastraron su cuerpo hacia la parte de atrás del vehículo.
En su testimonio de hoy, el padrastro declaró que el día de la cirugía la pareja llegó a Candela Urban Wear en la guagua Jeep de Yexeira, mientras que su mamá declaró que no sabía en qué vehículo había sido porque se encontraba dentro de la tienda.
El padrastro afirmó también que Yexeira no tenía una condición médica que provocara su súbita muerte y que la muchacha nunca había pasado tiempo sin comunicarse con su familia.
“Que está muerta”, afirmó entre sollozos sobre la razón para que Yexeira no se haya comunicado con su familia desde el 24 de octubre de 2011.
El testimonio de Serrano Colón continúa en la tarde con el contrainterrogatorio de la defensa, compuesta por los abogados Jorge Gordon Menéndez y Orlando Cameron Gordon.