Londres— El asesino Jack El Destripador, terror de los bajos fondos londinenses en el siglo XIX, era un inmigrante polaco, afirma un detective aficionado que analizó unos rastros de ADN de un chal de una de sus víctimas.
El hallazgo, con el que se pretende dar por terminado el misterio de la identidad del legendario asesino, será explicado en el libro de este autor de 48 años, Russell Edwards, que aparecerá el martes y se llama Naming Jack the Ripper.
“Tengo la única pieza de evidencia forense de esta historia. He pasado 14 años trabajando en ella y hemos resuelto definitivamente el misterio de la identidad de Jack el Destripador”, dijo Edwards.
Edwards, un empresario fascinado por El Destripador, compró la prenda en una subasta en 2007 y los análisis de los rastros de sangre y semen del chal acabaron llevándole a Aaron Kosminski, un inmigrante polaco que trabajaba de barbero y que estuvo en su momento entre los sospechosos.
El chal pertenecía a la cuarta víctima del asesino en serie, Catherine Eddowes, brutalmente el 30 de setiembre de 1888.
Se dice que uno de los agentes de policía que estuvo en la escena del crimen, Amos Simpson, recibió el permiso de sus superiores para quedarse con el chal y regalárselo a su mujer.
Pero su esposa, horrorizada, guardó la prenda sin lavar en una caja y pasó de generación en generación entre los descendientes del policía, llegando a estar brevemente expuesta en el museo de la policía.
Especialistas de la Universidad John Moores de Liverpool y de la Universidad de Leeds, ambas británicas, consiguieron extraer el material genético de una mancha de sangre y otra de semen en la prenda y contrastar los resultados de los análisis con los descendientes del asesino y la víctima.
Kosminski nació en Klodawa, en el centro Polonia, el 11 de setiembre de 1865 y su familia llegó a Londres a principios de los 1880 huyendo de los pogromos antijudíos de la Rusia Imperial.
Vivía cerca de donde se produjeron los asesinatos y murió en un hospicio para pobres el 24 de marzo de 1919 y está enterrado en el cementerio East Ham de Londres.
Fue detenido porque un testigo dijo haberlo visto con una de las víctimas, pero fue finalmente liberado.