CIUDAD DE MÉXICO — Segun la AP, decenas de miles de aspirantes a la Universidad Nacional Autónoma de México realizaron el miércoles el competitivo examen de admisión en plena pandemia de coronavirus.
El examen para ingresar a la universidad pública más grande del país es un rito anual: Aproximadamente sólo uno de cada 14 estudiantes entrará al programa de licenciatura.
En esta ocasión la escena fue inusual debido a la pandemia. Filas de estudiantes que portaban mascarillas y plásticos para protegerse el rostro se sentaron a una distancia segura unos de otros sobre los asientos de concreto del estadio de fútbol de la UNAM. De los 84.000 alumnos que hicieron el examen, solamente 5.993 serán aceptados.
Fue también un examen más solitario de lo normal: Las multitudes de padres y familias enteras que generalmente acompañan a los estudiantes y aguardan afuera en solidaridad recibieron instrucciones por parte de la universidad de quedarse en casa para evitar aglomeraciones que podrían propagar el coronavirus.
“Algunos sí llegaron, pero afuera del estadio había una extensión bastante amplia donde podrían guardar una sana distancia”, dijo Macarena Blando, de la oficina de prensa de la UNAM.
Si bien la universidad planea impartir la mayoría de sus clases a distancia el próximo semestre, sus autoridades decidieron que las estrictas medidas de seguridad necesarias para el examen de admisión —no se permiten documentos, ni hablar, ni celulares u otros dispositivos electrónicos— requieren que se haga en persona.
Algunas escuelas de México están experimentando con realizar las pruebas por videoconferencia, donde los docentes pueden observar a los aspirantes para asegurarse de que no hagan trampa. Pero es tanta la importancia del examen de admisión a la UNAM, y la molestia en torno a escándalos anteriores sobre supuestas trampas o preguntas filtradas, que la universidad hizo que los estudiantes se presentaran en persona.
Los aspirantes se formaron manteniendo una sana distancia e ingresaron al estadio uno por uno. Cada estudiante —algunos de ellos realizan el examen dos o tres veces antes de lograrlo aprobar— entró sólo con un lápiz y copias de su identificación. Se les tomó la temperatura y les dieron gel desinfectante de manos.
Definitivamente fue algo rudimentario: Cada aspirante colocó una tabla sobre las rodillas y llenó una copia en papel del examen, que contiene 120 preguntas. Los estudiantes estarán en vilo hasta que se publiquen los resultados el 21 de septiembre.
“Es más difícil concentrarse o la comodidad por la careta y el cubrebocas y todo”, dijo Jazmín Arriaga, de 17 años, que desea estudiar una carrera en farmacéutica. “Pero la dificultad se pasa en el examen, principalmente”.
La escena surrealista —un enorme estadio con miles de personas sentadas a 2 metros (6 pies) de distancia en completo silencio— es un reflejo del enorme tamaño del campus principal de la UNAM en el sur de la Ciudad de México, el cual mide 176 hectáreas (435 acres) y alberga a un cuarto de millón de estudiantes de licenciatura y posgrado.
Fue la primera vez en muchos años que el enorme Estadio Olímpico de la UNAM es utilizado para la prueba, en parte porque los expertos consideran que es más difícil propagar el virus en un espacio al aire libre. Y fue la primera ocasión que había gente en las gradas del estadio desde que la pandemia llegó a México en marzo. Aunque los partidos de fútbol profesional se han reanudado en el país, todos han sido disputados sin espectadores.
Aun así, con el distanciamiento social, no todos los aspirantes pudieron ingresar al estadio y muchos realizarán la prueba en otros días.
Se observaron multitudes menos ordenadas durante el fin de semana, cuando se realizaron los exámenes de admisión de las preparatorias afiliadas a la UNAM y otras universidades en algunas partes de la capital. La policía bloqueó las calles en algunos sitios para controlar las aglomeraciones.
Esos exámenes han sido la puerta a una vida mejor para generaciones de jóvenes de clase media y trabajadora. Si son aceptados al programa de preparatorias de la UNAM, tienen asegurado su lugar en una de las universidades más prestigiosas de América Latina a condición de que mantengan las buenas calificaciones.
Para muchos en esta nación de casi 130 millones de habitantes, la universidad más importante de México también representa su única esperanza de estudiar una licenciatura. La UNAM cobra una matrícula anual equivalente a unos 9 dólares por estudiante, una cuota que no ha sido actualizada desde la década de 1960 y que de ninguna manera cubre el costo de su educación. El gobierno subsidia fuertemente a la universidad.
Los intentos en el pasado para aumentar la cuota han provocado huelgas estudiantiles y tomas del campus que duraron meses.