• Las olas de inviernos previos no deberían ser nuestro marco de referencia.

• Los casos, hospitalizaciones y muertes por COVID-19 han sido mucho menores

este invierno en comparación con inviernos anteriores de la pandemia. Pero al

calificar la ola de este invierno como “leve”, corremos el riesgo de creer que este

nivel de enfermedad es aceptable.

• Este invierno, las hospitalizaciones de personas mayores han aumentado

drásticamente. Los hospitales infantiles se vieron desbordados por los casos de

gripe, VRS y COVID-19. Y, en promedio, más de 400 personas mueren cada día

a causa del COVID-19.

• Podríamos estar en una situación mucho más favorable que la actual,

especialmente con herramientas como las dosis de refuerzo bivalentes, las

mascarillas de alta calidad y la disponibilidad de Paxlovid.

• El virus del COVID-19 sigue siendo impredecible.

• Es una buena señal que no hayamos tenido una nueva variante importante

desde la cepa ómicron original, pero el virus del COVID-19 sigue siendo

impredecible y todavía no es exactamente “como la gripe”.

• XBB.1.5, la cepa de COVID-19 dominante actualmente en EE.UU., es la más

transmisible hasta la fecha y es resistente a muchos de nuestros medicamentos

y tratamientos actuales.

• Cuando la propagación del COVID-19 es mayor, más posibilidades tiene el virus

de mutar, lo cual es una de las razones por las que tenemos que seguir limitando

la transmisión.

• Al igual que es importante tomarse las cosas con calma mientras uno se

recupera de una enfermedad (aunque ya se encuentre mejor), es fundamental

seguir tomando precauciones en esta fase de la pandemia por la salud y la

seguridad de todos.

• El uso de la dosis de refuerzo entre los adultos mayores debe aumentar.

• El uso de la dosis de refuerzo bivalente ha aumentado lentamente entre las

personas de 65 años o más, pero debe superar el 40 por ciento actual para

proteger a un grupo especialmente vulnerable a las enfermedades graves.

• Estar al día con las vacunas es clave porque las dosis de refuerzo fortalecen

nuestro sistema inmunitario contra cepas de COVID-19 circulando actualmente.

• Para los adultos mayores, las personas inmunodeprimidas y aquellos con

afecciones subyacentes, las dosis de refuerzo bivalentes son especialmente

importantes porque ayudan a reducir el riesgo de enfermedad grave y

hospitalización.