CIUDAD DE MÉXICO (AP) — El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador trató de centrar la atención el lunes en el elevado número de mujeres en su gabinete y no en el hecho de que se ha negado a romper con un candidato a gobernador acusado de violación.

Al grito de “¡el gobierno de Obrador es un macho opresor!”, miles de mujeres vestidas de negro y portando pañoletas moradas en el rostro y la cabeza se movilizaron en el centro de la Ciudad de México en el marco del Día de Internacional de la Mujer, en una marcha que culminó en algunos enfrentamientos entre manifestantes y policías que debieron utilizar gases lacrimógenos para dispersarlas.

Al menos 62 uniformados y 19 civiles resultaron lesionados, indicaron las autoridades.

Aunque es un progresista cuyo lema es “primero los pobres”, el mandatario también es un conservador social que deja el aborto en manos de las legislaturas estatales y dice que la familia es el centro de la sociedad.

“Debe comenzar a luchar, pero realmente por la mujer en México”, afirmó Ana De la Toba, una abogada de 39 años de la Ciudad de México que participó en la marcha.

Esas contradicciones podían verse en el zócalo, la enorme plaza central de la capital, luego que el gobierno colocó enormes vallas de acero antidisturbios frente al Palacio Nacional, las cuales fueron adornadas rápidamente por activistas con flores y los nombres de mujeres que han sido asesinadas.

Durante la jornada de protesta un grupo de manifestantes logró derribar algunas vallas ubicadas frente al Palacio Nacional.

El presidente explicó que las vallas fueron colocadas para proteger edificios y monumentos coloniales en el centro histórico que han sido rayados con grafiti en marchas feministas previas, pero las activistas no aceptan esa razón.

“¿Para qué quieren monumentos limpios en un país lleno de sangre?”, decía una de las pancartas que portaban las manifestantes. Algunas de ellas lograron penetrar las vallas, quebraron ventanas de un hotel y rompieron las puertas y vitrinas de algunos comercios.

“La mitad del gabinete son mujeres”, dijo López Obrador en su conferencia de prensa matutina diaria. “Eso no se había visto antes en México”. Sin embargo, los viejos hábitos tardan en morir: durante la misma conferencia de prensa, el presidente le dijo “corazón” a una reportera.

La semana pasada, López Obrador buscó desviar las críticas a su apoyo al candidato de su partido Morena al gobierno del sureño estado de Guerrero, Félix Salgado Macedonio, al que dos mujeres han denunciado por violación, aunque no se le han presentado cargos. López Obrador dijo que el tema debe dejarse en manos de los votantes de Guerrero, y afirma que es un asunto planteado por sus enemigos, “los conservadores”.

“De repente los conservadores se disfrazan de feministas, muy raro. Porque vieron que dio la posibilidad de atacarnos”, sostuvo el presidente.

Las protestas del lunes se concentraban en las barricadas frente al Palacio Nacional, un recinto de la época colonial en el que López Obrador reside y trabaja. El presidente llegó a encabezar protestas en el mismo zócalo.