MIchelle Bachelet, presidenta de Chile
Santiago, Chile Comenzó el rodaje parlamentario de la reforma educacional que pretende contar con una enseñanza grauita y de calidad en todos los niveles, mientras que los dirigentes estudiantiles, algunos de ideología anarquista extrema, manifiestan sus reservas.
Incluso un sector universitario pretende realizar una marcha en Valparaíso, el 21 de este mes, cuando la presidenta Michelle Bachelet, realice su primer mensaje a la nación de este segundo período en el Poder Ejecutivo.
El primer proyecto de ley se refiere a los estudios secundarios, pretende poner fin al lucro en la educación, terminar con la discriminación que se genera con los colegios para los mejor dotados y establecer la gratuidad.
“Hoy día estamos dando el primer paso de la reforma educacional más significativa que Chile ha tenido en los últimos 50 años”, que recoge las demandas que han sido planteadas “en las calles” y apunta a tener “una educación de calidad, gratuita e integradora”, anunció la mandataria en La Moneda.
La jefa de Estado señaló que las medidas como la selección de los mejores en colegios especiales para ellos, que según dijo, “afectan la calidad y fomentan la discriminación, la segregación y las inequidades. Debemos terminar con ellos para tener un sistema mejor, más integrado, más justo y equitativo”.
Según explicó la presidenta, los colegios particulares subvencionados pasarán de manera gradual a tener cero costo para los padres, pagando el Estado el copago que estaban cancelando hasta ahora.
El fin a la selección, en tanto, significa que ya no se podrán aplicar mecanismos discriminatorios para aprobar o rechazar el ingreso de un alumno. Los denominados liceos emblemáticos, en tanto, tampoco podrán aplicar pruebas de conocimiento para la admisión.
Michelle Bachelet pidió a los parlamentarios un debate con altura de miras para sacar adelante la iniciativa, que entra mañana ala Cámara de Diputados con urgencia simple, por lo que tendrá un plazo de 30 días para ser despachado. “Un cambio de esta magnitud no puede hacerse de un día para otro y tampoco puede llevarse adelante sin el compromiso de todos los sectores sociales, así que yo quisiera aquí llamar a todos los actores políticos y sociales a sumarse con altura de miras a este debate y a los que vienen”, manifestó la gobernante.
Aclaró: “Yo entiendo que estos son temas en que puede haber distintas opiniones en la sociedad y que es importante que se debatan, por eso va al Parlamento, que es una instancia donde se va a debatir y probablemente se va a recibir en audiencia a muchas personas”, pero “poniendo sobre cualquier consideración el amplio acuerdo que tenemos como sociedad de que la educación en Chile requiere de cambios profundos”, agregó.
En la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES), se criticó que la iniciativa “carece del cambio estructural, que afirman, se necesita. “El Estado no se está haciendo cargo de la educación en su conjunto y respalda a los sostenedores, como los de colegios particulares subvencionados”, sentenciaron, remarcando que en la denominada “letra chica” radican las “incongruencias” del proyecto.
Curiosamente, coincidieron en las suspicacias los obispos católicos, aunque de un ángulo diferente. La Conferencia Episcopal, en boca del obispo de Temuco, Héctor Vargas, rechazó los cambios propuestos por el gobierno e hizo una defensa explícita al sistema de educación privada, por los “numerosos aportes” que habría hecho a nuestro país.
A juicio de la jerarquía eclesiática, actualmente se están impulsando reformas en países americanos que “denotan un claro reduccionismo antropológico, ya que conciben la educación en función de la producción, la competitividad y el mercado”. Y respecto a las modificaciones al sistema chileno, el documento señala que “los anuncios por sí solo no son suficientes”, y pide “mucho diálogo” sobre “el alcance e implicancias” de las iniciativas.
Por su parte, los universitarios están divididos y sólo lograron acordar una marcha en Valparaíso, para mediados de semana. Sin embargo, el llamado estuvo marcado por el conflicto evidenciado al interior del movimiento estudiantil que derivó en la decisión de Naschla Aburman, de “congelarse”, de acuerdo a su definición, como vocera.
“Los elementos que hoy intenta posicionar el gobierno no acaban con la educación de mercado”, expresó a su Melissa Sepúlveda, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, quien se define como anarquista. Al término de la cita, la dirigenta llamó a la ciudadanía a marchar este 21 de mayo, durante la cuenta de Michelle Bachelet, en Valparaíso.
Sin embargo, reconoció las diferencias al interior de la Confech, descartando, eso sí, un quiebre. Lo anterior, luego de la abrupta salida -y sin declaraciones- que realizó Naschla Aburman, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica.“Habría que preguntarle a ella qué tenía que hacer de manera urgente. Se retiraron también varios compañeros de regiones que tenían viajes, los pasajes comprados”, señaló con un razonamiento bastante infantil.