Salinas.- Era poco antes de las 7:30 de la mañana de ayer cuando un niño de 6 años despertó y fue en busca de su madre, sin imaginar que la encontraría tirada en el piso de la sala sobre un enorme charco de sangre.
El pequeño, sin entender la tragedia que enfrentaba, se armó de valor y salió de la casa en busca de ayuda de una vecina, quien alertó a la Policía.
La comunidad Coquí se levantó ayer con la terrible noticia del asesinato de Marangelly Renta Pérez, de 23 años, quien ese mismo día viajaría a los Estados Unidos junto a sus tres hijos de 6 y 2 años, y el de 6 meses, para comenzar una nueva vida al lado de su esposo, quien ya había conseguido un empleo.
La mujer fue encontrada boca abajo con varias heridas punzantes en el lado derecho del cuello y la cara.
Muchos no salían de su asombro porque la joven mujer, vecina de Juana Díaz, era buena persona, que solo vivía para cuidar a sus hijos, según aseguraron.
“No tengo explicación para lo que pasó, nunca pensé que mis nietos vivirían algo así”, comentó Judith Cruz González, suegra de la infortunada.
La mujer dijo desconocer si su nuera o su hijo tuvieran algún enemigo que quisiera hacerles daño y los describió como luchadores, que solo buscaban el bienestar de sus pequeños.
“Él se fue a trabajar, reunió un dinerito y los mandó a buscar”, dijo Cruz González, quien hacía los trámites para que el Departamento de la Familia le permitiera encargarse de los menores hasta la llegada de su hijo.
“Mi prioridad son los nenes, ellos volvieron a nacer para mí”, añadió la abuela, quien mencionó que son cosas inesperadas en la vida que tiene que afrontar.
Hasta el hogar de la pareja, llegó ayer la hermana de la occisa, quien se identificó solo por el nombre de Sandy, y quien sostuvo que desconoce totalmente si Marangelly tenía problemas con alguien.
“El sábado fue la última vez que la vi, nos despedimos y todo estaba bien”, recordó la hermana.
Sandy recogió en la vivienda las pertenencias de sus sobrinos, así como las maletas que Marangelly tenía preparadas para su viaje.
En la comunidad, en tan solo un año y medio, la veinteañera y su familia eran muy apreciados y sus vecinos lamentaron mucho su violenta muerte.
“Ella estaba ansiosa y contenta por irse con su esposo, esto es terrible”, manifestó Carmen Rivera, amiga de la víctima.
Asimismo, indicó que los vecinos no escucharon gritos y lamentó el trauma que la escena pudo haber causado en el niño que la encontró muerta.
“Que le remuerda la conciencia al que lo hizo, Dios se encargará”, comentó la mujer.
Otros que pidieron no ser identificados describieron el vil acto como un abuso y pidieron al responsable que se entregue y se enfrente a las autoridades.
Policía descarta robo como móvil
El inspector Diosdado Pérez, director del Cuerpo de Investigaciones Criminales (CIC), descartó el robo como móvil ya que en la residencia prácticamente no había muebles.
“Las puertas y ventanas no estaban forzadas, solo la puerta de la cocina estaba abierta”, señaló el inspector.
Pérez indicó que el arma utilizada para dar muerte a la joven no fue encontrada y que en el lugar estaban las maletas listas para el viaje y todos los documentos personales de ella.
Argumentó que aunque no tienen sospechosos al momento, están evaluando todas las confidencias que están recibiendo.
“Puede ser pasional, pero se está investigando”, planteó el inspector del CIC.
Las autoridades también interesan conocer el parecer del padre del niño mayor, ante la realidad de que ayer su hijo se mudaba fuera de la Isla. A esos efectos, un grupo de agentes de Homicidios de Guayama tendría la tarea de tratar de localizar al hombre para entrevistarlo.
Javier Colón Dávila colaboró con esta historia.