Mogadiscio — Siete personas, entre ellas seis empleados de la ONU en Somalia, murieron ayer en un ataque de los islamistas shebab contra un autobús en la localidad de Garowe (norte), capital de la región semiautónoma de Puntlandia.
El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon “expresó su indignación” tras anunciarse este ataque que, según un comunicado de su portavoz en Nueva York, dejó en total siete muertos y varios heridos.
Cuatro de las personas fallecidas trabajaban para Unicef, anunció el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia en un comunicado. Otros cuatro empleados de Unicef, heridos, están en estado crítico. La agencia de la ONU los evacuó.
El jefe de la policía local, Ahmed Abdulahi Samatar, explicó anteriormente que cuatro extranjeros y dos somalíes habían perdido la vida en el ataque y que otras siete personas, dos de ellas extranjeras, habían resultado heridas.
Ninguna de las fuentes precisó las nacionalidades de las víctimas. Se ignora quien es el septimo muerto mencionado por el portavoz de Ban.
Los insurgentes islamistas shebab reivindicaron el ataque. Un portavoz del grupo, Abdulaziz Abu Musab, explicó que al haber apuntado contra los agentes de la ONU había atacado a miembros de las “fuerzas de colonización de Somalia”.