BUENOS AIRES (AP) — Diego Maradona, la leyenda argentina del fútbol, falleció el miércoles de un paro cardiaco en la vivienda donde residía en las afueras de Buenos Aires, poniendo fin a una vida marcada por los excesos que pusieron en constante riesgo su salud. Tenía 60 años.
Sebastián Sanchi, el jefe de prensa de Maradona, confirmó a The Associated Press el fallecimiento ocurrido en la casa que el retirado jugador alquilaba en el barrio de San Andrés, en el norte de Buenos Aires.
Un mismo 25 de noviembre, exactamente cuatro años atrás, murió el líder revolucionario cubano Fidel Castro, al que el exfutbolista admiraba y trató personalmente.
El capitán de la selección que se consagró campeona en el Mundial de 1986 se recuperaba en su vivienda de las afueras de la capital de una operación de edema craneal el 3 de noviembre, su último tropiezo de salud.
“Nos llevaste a lo más alto del mundo. Nos hiciste inmensamente felices. Fuiste el más grande de todos. Gracias por haber existido, Diego. Te vamos a extrañar toda la vida”, dijo en Twitter el presidente Alberto Fernández.
Previamente a la operación por el edema, sus allegados habían reconocido que el exastro futbolístico estaba pasando por un periodo depresivo en el que recordaba mucho a su fallecida madre Dalma Salvadora Franco, más conocida como Doña Tota.
Hasta las inmediaciones de la vivienda llegaron varias ambulancias y familiares que viven en el mismo barrio privado donde el entrenador de Gimnasia y Esgrima La Plata se había recluido para cumplir con tranquilidad su rehabilitación luego de la intervención quirúrgica.
En los últimos días el barrio había sido foco de la atención pública. De hecho, el abogado de Maradona, Matías Morla, pidió mayor respeto tras denunciar que sobre la zona volaban muchos drones que alteran la tranquilidad del exfutbolista y de los vecinos.
La última vez que se vio en público a Maradona fue el 30 de octubre, cuando cumplió 60 años y con motivo del partido entre Gimnasia y Esgrima frente a Patronato por la liga local.
Era la imagen de una persona abatida y casi incapaz de movilizarse por sí misma.
Las manifestaciones de tristeza de sus compatriotas y de figuras del exterior por el deceso del ídolo no han cesado.
“Un día muy triste para todos los argentinos y para el fútbol. Nos deja pero no se va, porque el Diego es eterno”, escribió Lionel Messi, el jugador argentino que por su calidad fue consagrado como el sucesor de Maradona, en su cuenta de Instagram. “Me quedo con todos los momentos lindos vividos con él y quería aprovechar para enviarle el pésame a toda su familia y amigos. QEPD”.
El brasileño Pelé, su eterno rival, también se sumó a las muestras de pesar: “Algún día, espero jugar a la pelota contigo en el cielo”.
La vicepresidenta y exmandataria Cristina Fernández (2007-2011), muy cercana a Maradona, expresó su pesar. “Mucha tristeza… Mucha. Se fue un grande”, se lamentó, mientras que el expresidente boliviano Evo Morales afirmó que la leyenda del fútbol es “una persona que sentía y luchaba por los humildes, el mejor jugador de fútbol del mundo”.
El gobierno decretó tres días de duelo nacional.
Hinchas de Gimnasia y Esgrima comenzaron a congregarse abatidos a las puertas del club situado en la ciudad de La Plata, unos 60 kilómetros al sur de Buenos Aires.
“María creó a Jesús y Doña Tota a Dios”, decía una gran pancarta colgada en la puerta de la institución en referencia a la madre de Maradona y a quien fue uno de los más importantes futbolistas en el mundo y símbolo de Argentina.
Maradona fue operado del edema tras haber sido internado en otra clínica por una descompensación que le había provocado la ingestión de psicofármacos y bebidas alcohólicas.
Ese nuevo problema de salud en su agitada vida fue foco de atención permanente en Argentina y otras partes del mundo, desde donde se comunicaron mandatarios y otros dirigentes políticos para estar al tanto de su estado.
El exjugador del Barcelona, Napoli y Boca Juniors sufrió distintos problemas a lo largo de su vida derivados en gran parte de su adicción a las drogas, especialmente la cocaína. Tras su retiro estuvo al borde de la muerte en 2000 y 2004.