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Embargo y DDHH, tensiones al desnudo en reunión Castro-Obama

La Habana.- El presidente Raúl Castro y su homólogo Barack Obama dejaron al descubierto diferencias fundamentales de más de medio siglo entre Cuba y Estados Unidos cuando hablaron de derechos humanos y del bloqueo económico a Cuba en una inusitada rueda de prensa conjunta que sorprendió a los cubanos que no están acostumbrados a que su líder político sea preguntado y cuestionado en público. Los mandatarios marcaron un hito al reunirse en el mítico Palacio de la Revolución de La Habana y aunque reconocieron las diferencias, se mostraron a favor de continuar un diálogo para avanzar en la normalización de las relaciones de quienes fueron los mayores enemigos del hemisferio por más de cinco décadas. El toma y daca entre ambos mandatarios exhibió las profundas diferencias que aún existen entre los dos países pese al deshielo anunciado a finales de 2014 y el restablecimiento de las relaciones diplomáticas este año, en lo que parecía el final del último conflicto de la Guerra Fría. De pie y detrás de un atrio, el presidente Barack Obama dijo que le había planteado a Castro “diferencias muy serias” que su país tiene con Cuba en temas como la promoción de la democracia y la vigencia de los derechos humanos. Dijo que esos temas fueron planteados, en una conversación que el mandatario estadounidense caracterizó como difícil, y como requisito previo que se debían cumplir antes de avanzar en construir relaciones más estrechas entre ambos países. Expresó que “es un nuevo día” para ambos países y se dijo convencido que el embargo de Estados Unidos a Cuba terminará un día, aunque consideró que eso también dependerá de si ambos países logran superar las diferencias en materia de derechos humanos. “El embargo va a terminar. ¿Cuándo? No estoy completamente seguro”, dijo Obama, quien se convirtió en el primer presidente en casi 90 años en visitar Cuba, país con el que rompió relaciones tras el triunfo de la revolución en 1959. “¿Qué tan rápido pasará? Bueno, en parte depende en si podemos superar algunas de nuestras diferencias acerca de temas de derechos humanos”, añadió. Castro, por su parte, lanzó duras críticas en contra del embargo impuesto por Estados Unidos que, dijo, tenía repercusiones internacionales y señaló que era el obstáculo principal que ha impedido el desarrollo económico de la isla y la normalización total de las relaciones. “Existen profundas diferencias entre nuestros países que no van a desaparecer, pues tenemos concepciones distintas sobre muchos temas, como los modelos políticos, la democracia, el ejercicio de los derechos humanos, la justicia social, las relaciones internacionales, la paz y la estabilidad mundial”, dijo Castro El mandatario cubano elogió las recientes medidas del gobierno de Obama para relajar los controles hacía Cuba que calificó de “positivas, pero no suficientes”. “El bloqueo es el obstáculo más importante para nuestro desarrollo económico y el bienestar del pueblo cubano, por eso su eliminación será esencial para normalizar las relaciones bilaterales”, dijo Castro. Durante semanas, funcionarios de la Casa Blanca presionaron a sus homólogos cubanos para que aceptaran que los presidentes tomarán un par de preguntas de los periodistas presentes después de la reunión privada que sostuvieron poco antes. El visto bueno lo lograron horas antes de que Obama y Castro aparecieran ante las cámaras. Es extremadamente raro que Castro ofrezca una rueda de prensa, aunque a veces ha escuchado y respondido preguntas de reporteros de manera espontánea cuando ha estado de ánimo para hacerlo. Aunque el tema de los presos políticos cubanos es importante para Estados Unidos, los cubanos en la isla están más preocupados por con la carencia de productos básicos. Durante la rueda de prensa, Castro pareció un poco incómodo, en alguna ocasión dijo que no sabía si la pregunta iba dirigida a él, pero cuando un periodista estadounidense lo cuestionó sobre presos políticos en Cuba, el mandatario respondió: “Dame la lista ahora mismo de los presos políticos para soltarlos. Menciónala ahora, dime el nombre o los nombres”. Cuba es criticada por detener temporalmente, algunas horas a lo sumo, a manifestantes en innumerables ocasiones, pero en la isla se han reducido drásticamente dar largas sentencias por delitos que organizaciones de derechos humanos consideran políticos. Los cubanos se mostraron sorprendidos al ver el presidente Castro responder preguntas en la rueda de prensa que fue transmitida en vivo por la televisión estatal. “Es muy significativo oír esto de nuestro presidente, que reconozca que no se cumplen todos los derechos humanos en Cuba”, dijo Raúl Ríos, un chofer de 47 años. Marlene Pino, un ingeniero, también de 47 años, dijo: “esto es historia pura y nunca pensé que vería algo como esto es difícil de asimilar rápidamente lo que está pasando aquí Para mí es extraordinario ver esto”. Obama llegó a Cuba con la promesa de hacer presión sobre los líderes cubanos en temas de derechos humanos, libertades políticas, y diciendo que su sola visita implicaba la promoción de los valores estadounidenses en la isla. Castro, a su vez, le devolvió la pelota a Obama cuando le dijo que para Cuba era inconcebible que un gobierno no le garantizara a su gente atención sanitaria, educación, alimentación y seguridad social, en clara referencia a Estados Unidos. El gobernante cubano también dijo que Cuba defiende “los derechos humanos” y que “los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales son indivisibles, interdependientes y universales”. Aunque Castro se prepara para abandonar el cargo en 2018, se mantuvo firme en contra cualquier cambio al sistema político de Cuba que tiene a un partido único en el poder. Obama se encontró más tarde con emprendedores cubanos y empresarios estadounidenses, ante quienes elogió a Cuba por abrir su economía al sector privado, un cambio que empezó luego de que Castro tomara el poder en 2008.