SAO PAULO (AP) — El fútbol regresará de manera parcial en Brasil el jueves, después de tres meses de suspensión debido a la pandemia de coronavirus y pese a las protestas de dirigentes que temen que es demasiado arriesgado volver a jugar.

La entidad rectora del fútbol en Río de Janeiro anunció el miércoles que Flamengo, actual campeón de la Copa Libertadores, y Bangu jugarán sin público en el estadio Maracaná por el torneo estatal. Vasco da Gama, otro club histórico, recibirá al Macaé en el estadio de São Januário el domingo.

El reinicio es un triunfo para el presidente brasileño Jair Bolsonaro y el Flamengo, que se unieron para presionar para que volviera el fútbol. Rodolfo Landim, presidente del club, se encontraba reunido en la capital Brasilia con el presidente cuando la federación de Río de Janeiro anunció los encuentros.

Más de 45.000 personas han fallecido en Brasil debido al virus y los especialistas de salud aseguran que el pico de la pandemia no llegará hasta agosto. En el estado de Río, en el que viven 16 millones de personas, han fallecido más de 8.000 personas por COVID-19.

No hay fecha aún para el inicio del campeonato nacional, que estaba programado para comenzar en mayo. Los equipos de otras ligas estatales contemplan volver en julio si lo permiten las autoridades sanitarias.

Otros dos equipos de Río rechazaron el reinicio de los partidos. Fluminense y Botofago amenazaron con llevar el caso a tribunales deportivos.

Aún así, el organismo rector del fútbol en Río dijo que Fluminense y Botofago tienen programado partidos el lunes ante Volta Redonda y Cabofriense, respectivamente. En una reunión el martes, el presidente de la federación criticó a los dos equipos que no han vuelto a entrenar.

“Los buenos alumnos, que estudiaron, se prepararon para el examen, llegaron a hacer la prueba. Pero los estudiantes que no se prepararon quieren posponer”, dijo Rubens Lopes.

Flamengo y Vasco llevan casi tres semanas entrenándose, desafiando las recomendaciones de las autoridades locales.

También el miércoles, el estado más populoso de Brasil y epicentro de la pandemia de coronavirus en el país permitió que los equipos de fútbol regresen a entrenar desde el 1 de julio. El gobernador de Sao Paulo, João Doria, anunció la decisión el mismo día que registraron 389 muertes, cifra récord, por COVID-19 en el estado de 46 millones de habitantes.