21016-puerto-rico2-El expolítico reconoció que lo mejor que hizo fue declararse culpable de los 32 cargos federales que se le imputaron y de los cientos de cargos estatales.

De Castro pensó en suicidarse

Anoche compartió con amistades y abrió cajas guardadas, mientras hoy se la pasará visitando a funcionarios del sistema federal y el estatal.

Jorge de Castro Font volvió a jurar “por su madre” este miércoles que no solicitó dinero a cambio de aprobar, detener o enmendar legislación cuando era presidente de la Comisión de Reglas y Calendarios del Senado.

“Yo nunca le pedía a nadie”, dijo.

Sin embargo, aceptó que “violé la Ley Electoral para recibir dinero para mis campañas políticas, seguro que sí”.

La afirmación la hizo en entrevista radial (NotiUno) a un día de salir de prisión bajo supervisión electrónica y en restricción domiciliaria, tras pasar cinco años y medio de su sentencia en cárceles estatales y federales por corrupción pública.

“Estoy de vuelta y voy a dejarle saber al país lo que pasó en mi último cuatrienio, los errores que se cometieron para que no vuelva a ocurrir… En su momento le dejaré saber al país qué fue lo que ocurrió en el Senado de Puerto Rico”, advirtió, tras comentar del agitado día que tuvo ayer, martes, con entrevistas, visitas de amigos y desempacando cajas que estuvieron guardadas en un almacén mientras estuvo en prisión.

“Ha sido una cosa maravillosa. Pude estar con mis hijos, con mis nietos, mi hermana, mis amigos de la infancia de Miramar”, sostuvo.

Añadió que se acostó como a las 11:00 p.m. “reponiendo cosas que estuvieron en cajas”.

De Castro Font comentó, además, que tuvo que despertarse temprano, por lo que disfrutó poco de su cama fuera de prisión. Entre los trámites que tendrá que realizar está una visita en la mañana a su oficial de probatoria federal y en la tarde a la oficina del programa de desvíos del Departamento de Corrección y Rehabilitación.

“Luego estaremos en nuestra casa tranquilos y acomodando cosas… Aquí tengo trabajo, tengo mucho trabajo que hacer”, manifestó, al destacar que todavía tiene muchas cosas en cajas.

Asimismo, el expolítico reconoció que lo mejor que hizo fue declararse culpable de los 32 cargos federales que se le imputaron y de los cientos de cargos estatales.

“Ahora puedo estar en mi casa cinco años y medios después”, indicó el convicto, al revelar que pagó sobre $175,000 en abogados.

El estadista reconoció que intentó suicidarse, hacerse daño corporal, así como tomaba medicamentes e ingería bebidas alcohólicas. Señaló que lo hizo por la “humillación y vergüenza” que atravesaba, la muerte de su madre, el suicidio de su hermano, el abandono de su exesposa y todo el caso criminal que enfrentaba.

“Era para que me matara y yo aguanté, eché adelante y aquí estoy listo, con mi mente tranquila para empezar a rehacer mi vida”, sostuvo.

También señaló que si no se hubiese declarado culpable, la sentencia pudo haber sido de hasta 125 años de prisión en el sistema estatal y 40 en la federal. “Más que una masacre o un asesino”.