Distrito Federal— En los últimos 81 años, periodo de prohibición de la reelección legislativa continua, 88 familias han tenido el control de 455 posiciones legislativas federales.
De estas dinastías, 53 han tenido presencia en las Cámaras federales de entre nueve y 18 años; y 35 de entre 21 y 57, según una revisión efectuada por El Universal, a lo largo de 27 Legislaturas.
Se trata de un conjunto de 230 legisladores pertenecientes a las castas que han dominado el Congreso desde 1934, las cuales han sorteado reformas y partidos para prolongar su permanencia.
Muchos de los parlamentarios son candidatos en el proceso electoral en curso, y algunos hasta tienen asegurada la curul correspondiente a su clan, por la vía plurinominal.
Pero no son sus prendas personales ni su popularidad o sus alianzas circunstanciales, las que les reportan el acceso a las postulaciones.
Su patrimonio político reside en la cuna, el linaje, la casta, los apellidos reconocibles a oídos de la opinión pública y que abren las puertas del Congreso y en general del poder político: Rojo-Lugo, Batres, Vicencio, Sansores, Monreal, Alcaine, Manatou, Martínez, Ortega, Padierna…
Al monopolio de las candidaturas y de la representación en manos de las familias revolucionarias y de sus prolongaciones caciquiles regionales, agrupadas en el PRI, le sucedieron las nuevas formaciones políticas que, del PAN al PRD, de Convergencia al PT, privilegiaron con callado regocijo el mismo derecho de sangre que sus antecesores reclamaban como argumento de acceso al poder.
Al cabo de los subsecuentes procesos de pluralización, ya sin el menor rubor, surgieron partidos con franca vocación familiar, como el PVEM de la familia Martínez, y Nueva Alianza (Panal), de la familia Gordillo.
La familia Calderón-Zavala es de las más emblemáticas del PAN en cuanto a presencia legislativa federal: fueron diputados Luis Calderón Vega, padre del ex presidente Felipe Calderón, Luisa María Guadalupe y Juan Luis Calderón Hinojosa, a su vez legisladores. Diego Zavala Pérez, padre de Margarita Zavala, esposa del expresidente, y ella misma, también han sido legisladores federales. Juntos reúnen 30 años de presencia parlamentaria.
Manuel de Jesús y Tatiana Clouthier, hijos del legendario líder panista Maquío, fueron diputados y llegaron por el PAN para después volverse independientes. El primero va por una curul como candidato independiente.
Las familias de los líderes cetemistas Fidel Velázquez y Leonardo Rodríguez Alcaine llegaron a 33 años; este último sólo alternó con su sobrino, Mauricio Valdés Rodríguez.
Destacan también Melquiades y Jesús Flores Morales, con sus 26 años de congresistas; el primero ya fue gobernador. José Murat y su hijo Alejandro, de Oaxaca, reúnen 21 años.
La familia Madrazo de Tabasco dio tres legisladores que reúnen casi 15 años.
Pero Enrique Peña Nieto, hijo de su primo Enrique Peña del Mazo, sí llegó a la Presidencia, después de haber dado la cuarta gubernatura a su familia.
El sonorense Manlio Fabio Beltrones, que apenas lleva 18 en récord personal, quiere fundar su dinastía, y ha enviado a su hija Sylvana como candidata en este 2015.
Una de las castas de la izquierda que más aprovecharon el modelo es la fundada por el ex presidente del PRD, Jesús Ortega Martínez, quien inició su carrera legislativa en el extinto Partido Socialista de los Trabajadores (PST). Ha sido tres veces diputado y una vez senador.
Su esposa, Angélica de la Peña Gómez, comenzó a participar en posiciones parlamentarias en 2003. Fue diputada y es senadora.
Los Bejarano-Padierna, además de haber ostentado jefaturas delegacionales, puestos en el gabinete capitalino y asientos en la Asamblea local, también han cobrado en el Congreso de la Unión.