Cumaná, Venezuela— Las redes de camiones que distribuyen alimentos han sido sometidas a ataques constantes, por lo que ahora la comida en Venezuela debe ser transportada con la protección de vigilantes armados.

Soldados vigilan las panaderías. Las balas de goma de la policía antidisturbios son utilizadas contra las multitudes desesperadas que asaltan tiendas de comestibles, farmacias y carnicerías. Una niña de 4 años murió luego de recibir un disparo mientras bandas callejeras se peleaban por comida.

Venezuela está convulsionada por el hambre.

Hace poco, cientos de personas en la ciudad de Cumaná, el hogar de uno de los héroes de la independencia, saquearon un supermercado mientras reclamaban por los alimentos. Forzaron la enorme puerta de metal que resguarda el local y entraron arrebatando agua, harina de maíz, sal, azúcar, papas y cualquier cosa que encontraron. Solo dejaron los congeladores rotos y los estantes volcados.

Esto demuestra que, incluso en el país con las mayores reservas de petróleo del mundo, es posible que la gente desate revueltas porque no hay suficiente comida.

En estas dos semanas más de 50 disturbios, protestas y saqueos en masa han estallado en todo el país. Decenas de empresas han sido saqueadas o destruidas. Al menos cinco personas han muerto.

Esta es la Venezuela que sus actuales líderes se comprometieron a evitar.

El presidente Hugo Chávez dijo que la incapacidad del país para proporcionarle alimentos a la población, y la represión del Estado, eran las razones por las que Venezuela necesitaba una revolución socialista.

Ahora sus sucesores se encuentran en una crisis similar o incluso peor. La nación busca cómo alimentarse en medio de la desesperación.

El colapso económico de los últimos años ha incapacitado la producción nacional de alimentos o la importación de los rubros necesarios. Las ciudades se han militarizado por un decreto de emergencia del presidente Nicolás Maduro, el hombre que Chávez escogió para continuar su revolución.

Sin embargo, aunque los disturbios y enfrentamientos suceden en todo el país, el hambre es la mayor fuente de inquietud. El 87 por ciento de los venezolanos dicen que no tienen dinero suficiente para comprar alimentos, según reveló un estudio reciente de la Universidad Simón Bolívar.