RÍO DE JANEIRO — Según la AP, datos preliminares divulgados el viernes indican que la deforestación de la Amazonía brasileña en abril fue la más alta para ese mes en al menos cinco años. El informe apareció dos semanas después que el presidente Jair Bolsonaro dijo que su gobierno dedicaría mayores esfuerzos y recursos a frenar la deforestación.
La deforestación aumentó 43% a 581 kilómetros cuadrados con respecto al mismo mes de 2020, según el sistema de monitoreo del gobierno, Deter, que emite alertas de deforestación diarias con base en imágenes satelitales.
Durante la cumbre sobre cambio climático convocada por Estados Unidos el 22 de abril, Bolsonaro se declaró dispuesto a ampliar su compromiso sobre la conservación del Amazonas, aunque muchos de sus detractores ponen en duda su credibilidad. También dijo que Brasil necesita fondos del exterior para frenar la deforestación de la selva tropical más grande del mundo.
Su ministro de Ambiente inició conversaciones este año con funcionarios del gobierno estadounidense, que ha exhortado directamente a Brasil a tomar medidas más fuertes. Funcionarios y activistas están atentos en busca de señales de que el cambio de tono de Bolsonaro sea algo más que promesas huecas.
Previamente, Bolsonaro destacó la necesidad de explotar los recursos de la Amazonía, habló con desdén de los activistas ambientales que defienden la selva y respondió con furia a los gobernantes europeos que deploraron la destrucción. En los 12 meses hasta mediados de 2020 la deforestación alcanzó su nivel más alto en una década.