Los Ángeles— Un excéntrico multimillonario de Nueva York, sospechoso de la muerte de su esposa y absuelto de la de su vecino, fue arrestado por el asesinato de una tercera persona tras haber admitido en un documental, sin saber que el micrófono estaba abierto, que los “mató a todos”.

Robert Durst, de 71 años, uno de los herederos del imperio inmobiliario del mismo nombre, fue arrestado el sábado en un hotel de Nueva Orleans (Luisiana, sur de EU) por la muerte de Susan Berman, una amiga de su esposa, que murió de un disparo en el año 2000 en Los Ángeles (California, oeste).

Fiscales de Los Ángeles presentaron ayer un cargo de homicidio contra el millonario excéntrico Robert Durst que podría hacerlo acreedor de la pena de muerte.

Durst fue arrestado el fin de semana en Nueva Orleans conforme a una orden judicial y renunció a impugnar su extradición hacia Los Ángeles, adonde se le regresará para que enfrente el cargo.

Berman había sido vocera de Durst después de la desaparición de la esposa del millonario en 1982.

En diciembre de 2000, Berman fue asesinada de un disparo en la nuca en su casa en Los Ángeles poco antes de una entrevista que pretendían hacerle autoridades de Nueva York sobre la desaparición de Kathleen Durst.

Según los fiscales, Durst podría ser sentenciado a la pena de muerte debido a circunstancias especiales en torno al crimen, como asesinar a una testigo y aguardar escondido para matar a la víctima con un arma de fuego.

Los fiscales decidirán después si piden la pena de muerte para el acusado.

“Bob Durst no mató a Susan Berman”, aseguró uno de sus abogados, Dick DeGuerin. “Está dispuesto a acallar los rumores y a ser juzgado” en California.

El envío de Durst a este estado para responder por el asesinato de Berman podría no obstante ser demorado por la justicia de Nueva Orleans, que a su vez lo inculpó por porte de armas.

El arresto del septuagenario ocurrió la víspera de la difusión en el canal HBO del último episodio de un documental en seis partes dedicado a su vida y titulado “La mala suerte: la vida y los muertos de Robert Durst”.

En el último episodio de esta serie, se escucha a Robert Durst murmurándose a sí mismo: “¿Qué demonios hice? Los maté a todos, por supuesto”, sin saber que su micrófono estaba abierto.

Es un desenlace inesperado del caso Durst, que tiene intrigado a Estados Unidos desde la desaparición de su esposa Kathleen en 1982 en la periferia de Nueva York.

Se sospechaba que este hombre, conocido por sus excentricidades, estaba involucrado en el homicidio en 2000 de Susan Berman, hija de un mafioso de Las Vegas, hallada con una bala en la cabeza en su casa en Beverly Hills, en Los Ángeles.

Un día después de su muerte, se suponía que Berman hablaría con la policía sobre la desaparición de la esposa de Durst.

Un documental 

revelador

Andrew Jarecki, el director del documental, dijo ayer al canal ABC que el equipo de producción descubrió esta confesión grabada sin que Durst lo supiera cuando miraban secuencias filmadas tres años atrás.

“Estaba sentado en la sala de montaje con mis socios y no lo podíamos creer. Nos tomó un momento darnos cuenta de lo que significaba”, contó Jarecki. “Estábamos en contacto con los investigadores en los últimos años, entonces cuando descubrimos esto los contactamos de inmediato para decirles ‘Tenemos algo nuevo’”, añadió.

El hermano menor de Robert, Douglas Durst, quien se hizo cargo del grupo familiar, expresó su “alivio” y dijo en un comunicado enviado al canal ABC que su hermano “tiene que pagar por todo lo que ha hecho”.

Durst siempre negó cualquier implicación en la desaparición de su esposa, sobre la cual se volvió a abrir una investigación en el año 2000.

Un año después, el millonario también fue acusado del asesinato de su vecino Morris Black, un hombre de 71 años cuyo cuerpo fue desmembrado y arrojado en la bahía de Galveston, Texas. Pero, en este caso, Durst invocó la legítima defensa.

Pudo convencer al jurado que había cortado el cuerpo de su víctima con dos sierras y un hacha porque estaba convencido de que la policía nunca creería que la muerte había sido accidental. Las autoridades arrestaron a Durst el sábado tras “la aparición de nuevas pruebas”, indicó el FBI en un comunicado, sin referirse al documental.

Los agentes sospechan que Durst quería salir de Estados Unidos, ya que se había registrado bajo un nombre falso en el hotel en el que fue arrestado, pagó en efectivo, y tenía consigo papeles falsos, indicó una fuente citada por ABC News.