carcel-manos-en-barrotesDistrito Federal— Los testimonios de los indocumentados detenidos en estancias migratorias mexicanas relatan condiciones de encierro peores a las de una cárcel, según testimonios recabados por la organización Sin Fronteras como parte de su informe “La ruta del encierro”.

El hacinamiento, la falta de espacios para la recreación, la mala comida, las condiciones insalubres, el aislamiento o incluso las celdas de castigo se asemejan más a un penal que a un centro transitorio de aseguramiento de migrantes cuyo único delito es cruzar México sin un documento que acredite su estancia legal en el país.

Pero estas condiciones empeoran para los menores por su mayor vulnerabilidad. Quiénes viajan con su familia deben poder acreditar una relación de parentesco, ya sea con un acta de nacimiento u otro documento que lo pruebe.

Distrito Federal— Aun así, sólo los niños muy pequeños pueden permanecer junto a sus padres, segregados por sexo. Las estaciones migratorias no cuentan con áreas familiares, sino que hay un área de mujeres, otra de hombres y otra para adolescentes mayores de 12 años.

Sin embargo, muchas veces los niños menores también son trasladados al área de adolescentes o en el caso de las niñas al área de mujeres. Si viajan solos, sólo tienen derecho, como el resto de detenidos, a hacer una primera llamada para avisar a alguien.

La mayoría de los niños migrantes que son detenidos en México acaban encerrados en las Estaciones Migratorias del Instituto Nacional de Migración, sin las condiciones necesarias para garantizarles sus derechos como infantes.

De acuerdo con las leyes mexicanas, cualquier menor migrante detenido debe ser canalizado inmediatamente al Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) mientras se resuelve su situación migratoria, y si de manera excepcional son alojados en estaciones migratorias, se les deberá asignar un lugar adecuado.

En la práctica el año pasado 9 mil 893 menores de edad fueron retenidos en estaciones migratorias. Una cifra que dobla los 4043 niños detenidos en 2010, o los 4160 en 2011. En 2012 fueron 6107.

Estos datos, que reporta la organización Sin Fronteras, también revelan que cada vez son más los menores que emigran. La mayoría son centroamericanos, según explica la psicóloga del organismo, Carolina Carreño, quién asegura que en su monitoreo se han encontrado niños de 6 y 7 años que viajan solos y que acaban recluidos en las estaciones migratorias.

“Es alarmante, tiene que ver con la violencia que se vive en la casa, en la comunidad o relacionada con el crimen organizado”, relata. (Agencias)