Screen Shot 2013-09-08 at 9.45.06 PMWashington— El presidente Barack Obama, llegará el jueves a Rusia para participar de la cumbre del G20, pero sin intención de reunirse con su homólogo ruso, Vladimir Putin, con quien mantiene tensas relaciones.

La guerra en Siria, en la que Obama ha tomado la decisión de lanzar una intervención militar para la que espera lograr la aprobación del Congreso, lidera la lista de temas calientes entre EU y Rusia, pero en el fondo representa la última crisis de una difícil relación entre los dos exenemigos de la Guerra Fría.

El 9 de agosto, poco después de haber anunciado la cancelación de la reunión ruso-estadounidense en Moscú previa al G20 que se celebrará en San Petersburgo, Obama culpó directamente a Putin del deterioro de la relación por la “retórica antiestadounidense” que hay en Rusia desde que el mandatario regresó al poder en mayo de 2012.

Obama también afirmó ver “algunos de los estereotipos de la Guerra Fría entre Estados Unidos y Rusia” y, aunque sostuvo que él y Putin no tenían “malas relaciones”, ironizó sobre la actitud del presidente ruso durante los encuentros bilaterales en los que “parece un niño que se aburre en el fondo del aula”, según él.

“La buena noticia es que no es la crisis de los misiles en Cuba” en 1961, punto álgido de la Guerra Fría, señala Andrew Kuchins, experto en Rusia en el centro de investigación CSIS de Washington.